Skip to content

Otra vez calor: señales que hay que escuchar para que no afecten a la salud

Entre el martes y el jueves se superarán los 35 grados en muchos puntos del país

El calor irá aumentando a lo largo de la semana en Menorca
El calor irá aumentando a lo largo de la semana en Menorca

Madrid, 11 jul (EFE).- Malestar, mareo, dolor de cabeza, náuseas, o sudoración excesiva son avisos que lanza nuestro cuerpo de que el calor no le está sentando bien y tiene que parar; si manifiesta otras, como aumento de la temperatura o pérdida de conciencia, es que está sufriendo un golpe de calor y necesita ayuda inmediata.

España atraviesa su segunda gran ola de calor en lo que va de verano, que alcanzará su momento más tórrido entre mañana y el jueves, cuando se superarán los 35 grados en prácticamente toda la Península y Baleares. En muchos territorios las máximas estarán incluso por encima de los 40.

Ante esta situación, las autoridades sanitarias vuelven a pedir cautela a la población para esquivar, en la medida de lo posible, los estragos del calor en nuestra salud.

Según el último informe del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo), del Instituto de Salud Carlos III, desde el 1 de enero de 2020 hasta el 5 de julio pasado, se han producido 107.473 defunciones más de las esperadas, de las que 7.377 son achacables a la temperatura.

En lo que llevamos de 2022 han sido 1.918 muertes de más por la temperatura, la inmensa mayoría (829) en junio, cuando se produjo la primera gran ola de calor del verano. En los cinco primeros días de julio, cinco personas han muerto por altas temperaturas, lo cual no significa necesariamente que haya sido por un golpe de calor, sino también por el agravamiento que éste produce de algunas patologías.

Detectar precozmente los síntomas

Cualquier persona puede verse afectada por un exceso de temperatura; sin embargo hay grupos que son especialmente sensibles, comenta a Efe María del Campo, portavoz de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).

Se trata, añade, de los mayores de 65, personas con patologías crónicas de tipo cardiovascular, diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, insuficiencia renal o enfermedades neurológicas y psiquiátricas y que precisan distintos tratamientos farmacológicos, así como niños menores de 4 años, especialmente bebés de menos de 1.

De ahí que la doctora haga hincapié en la importancia de actividades preventivas, el autocuidado y la detección precoz de síntomas.

“Es muy importante que detectemos de una manera precoz los síntomas relacionados con la patología asociada al calor”: así, hay que “prestar atención a la aparición de malestar, mareo, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, calambres, sudoración excesiva o enrojecimiento de la piel”.

Lo aconsejable en estas situaciones es suspender la actividad que se esté realizando, descansar en un lugar fresco y beber agua.

Pero si aparecen síntomas como la elevación de la temperatura corporal o un dolor de cabeza intenso, fatiga o pérdida de conciencia, “podemos estar ante un caso de golpe de calor y hay que pedir ayuda inmediatamente”; en caso de que persistan y no haya mejoría, se recomienda valoración en el punto de atención sanitaria más cercano.

Cómo combatir el calor

¿Qué podemos hacer para evitar este tipo de situaciones? Desde semFYC proponen:

– Evitar salir de casa en las horas centrales del día y las actividades que requieran un esfuerzo físico;

– No dejar personas en el interior de los coches estacionados con las ventanillas cerradas;

– Si tuviéramos que salir, alternar periodos de descanso a la sombra y mantenerse hidratado;

– Mantener las casas frescas, cerrando persianas y cortinas en las fachadas expuestas al sol y abrirlas por la noche para ventilar y refrescar y apagando la luz artificial y aparatos eléctricos cuando sea posible;

– Conservar los medicamentos en un lugar fresco;

– Indumentaria: Gorras, sombreros, ropa holgada que transpire, llevar gafas de sol con filtros homologados para las radiaciones ultravioleta y protección solar para la piel;

– Alimentación y bebida: evitar comidas copiosas y calientes, tomar frutas y verduras y beber agua de manera frecuente. Huir de las bebidas azucaradas y alcohólicas porque aumentan la deshidratación, además de que son perjudiciales para la salud.


Deja un comentario

Your email address will not be published.