El joven de 20 años, de nacionalidad española, que se ha precipitado desde una altura de 15 metros en el acantilado de Cala Morell estudiaba las aves de la zona cuando se ha producido el accidente, sobre la 1 de la madrugada, mientras él y otro joven observaban y hacían recuento de nidos de ‘baldritxes grosses’, un ave marina en peligro de extinción presente en la costa norte menorquina.
El parte médico señala que “presenta politraumatismos y de momento está en Urgencias aunque en las próximas horas ingresará en planta” del Hospital Mateu Orfila. Desde el centro sanitario comunican que “su pronóstico es grave, pendiente de evolución”.
Según ha explicado Joan Rosselló, jefe insular de los bomberos de Menorca, la operación de rescate y traslado del joven se ha desarrollado entre la 1 y media y las 6 y media de la madrugada y ha contado con la participación de los mismos bomberos además de los cuerpos de la Policía Nacional y la Policía Local de Ciutadella así como el personal sanitario que ha trasladado finalmente al joven al Hospital Mateu Orfila y ha atendido ‘in situ’ al otro joven que ha sufrido un ataque leve de ansiedad.
Los bomberos informan de que “la caída fue de unos 15 metros, pero tras el fuerte golpe cayó otros metros más y el rescate fue complejo por la zona rocosa y de acantilado donde se encontraban”. Tuvieron que utilizar cuerdas de 50 metros de longitud.
Rosselló ha recordado la importancia de la prevención y los equipos personales de protección al llevar a cabo actividades de riesgo, como este paseo nocturno en terreno irregular sobre los acantilados.