Antes de que Taburete y David Otero cerraran brillantemente Lazareto Festival y de que el enclave portuario se preparase para recuperar su imagen y tranquilidad habitual, tuvimos ocasión de charlar con Míriam Mateu, promotora del evento. Orgullosa y feliz por cómo se había ido desarrollando no dudó en contestarnos alguna de las cuestiones relacionadas con el mismo.
P.- En Lazareto Festival habéis insistido mucho en el tema de la seguridad, ¿por qué?
R.- Porque yo soy una profesional de los eventos y, precisamente, una de las máximas para que un evento funcione bien es que la gente se sienta segura; si la gente percibe descontrol, percibe inseguridad, es un problema. A parte que en una aglomeración de gente es muy peligroso, más si hay alcohol. Para nosotros la seguridad es una máxima, estamos sobrepasados de operativo de seguridad; por normativa no tendríamos que tener tantos, pero nos quedamos más tranquilos.
P.- También os habéis reforzado mucho a nivel sanitario.
R.- Sí, de hecho, hay un médico, dos enfermeras y un auxiliar cada día. Hemos atendido muy poca gente pero hubo un ataque de epilepsia un día, un niño que se encontraba mal otro día…Intentamos estar cubiertos para que no haya ningún problema y que, como te decía, la gente venga a disfrutar que, al final, es el objetivo de este festival.
P.- El primer día, precisamente por ser el primero, fue el que hubo más complicaciones, pero después la capacidad de reacción ha sido notable.
R.- No es que el primer día hubiera descontrol, es que el primer día para las 250 personas que estaban trabajando aquí, también era el primer día. Es gente que no se conoce entre ellos, hay muchísimos departamentos- producción, gastronomía, gestión, prensa…- y esas 250 personas era el primer día que trabajaban juntas. Era prueba para visitantes y para nosotros; el segundo día todo el mundo sabía lo que tenía que hacer en cada momento y ha funcionado como tenía que funcionar. En los grandes eventos, el primer día siempre pasa. No es algo que ha pasado en Menorca, pasa normalmente, y hay un tema que creo que la gente debe entender, logística como la de este evento, no existe. Yo llevo 17 años en el sector de los eventos, la comunicación y las relaciones públicas y una logística tan complicada como ésta no la he tenido en ningún sitio. El hecho de tener uno operativo que sale de un puerto, en barco, con el mar que es un medio natural que nadie puede controlar, todo esto se suma a la dificultad para organizar el evento. Pero, vamos, aquí tenéis la prueba, la gente se lo está pasando genial.
P.- El evento tenía dos partes muy diferenciadas, la gastronómica y la musical. ¿Estás contenta de una más que de otra, de las dos por igual?
R.- Para mí ha sido un sueño hecho realidad, tres años trabajando son muchísimos años, ya no tanto trabajando sino de concepción del propio evento porque, como decía, la logística era un hándicap muy importante. Fuimos muy optimistas en el tema gastronómico porque pensamos que podríamos soportar todo el trabajo que hay detrás de un restaurante estrellas Michelin, pero la verdad es que nos hemos dado cuenta de que era imposible mantenerlo. La logística misma de productos que venían de Madrid era imposible que llegaran aquí a tiempo, nos faltaba algún que otro producto… Los chefs, tanto Diego Guerrero como Paco Roncero a los que admiro y respeto un mogollón, nos han dado su apoyo desde el primer momento, lo que es impensable. Estoy súper agradecida y realmente ellos mismos han entendido que no podíamos tirar adelante el proyecto porque nos era absolutamente imposible ofrecerles la logística que ellos merecían. Ellos tienen un nombre en el sector y esto se tiene que respetar por encima de todo. El domingo dimos la última cena dos estrellas Michelin y, a partir del lunes, hemos reconvertido el espacio en el restaurante Lazareto donde se daban tapas de diseño con cócteles, reconduciendo el concepto que teníamos, pero estoy convencida de la gastronomía tiene un gran potencial aquí. De hecho, para el año que viene la vamos a reforzar todavía más, no con estrellas Michelin porque nos estamos dando cuenta de que no son necesarias en este tipo de eventos y que no se puede mantener, pero sí que tiene un potencial enorme el tema gastronómico.
P.- ¿Y a nivel musical?
R.- ¿Qué más puede querer la gente que viene que tener tres actuaciones en el mismo día? Una normalmente de artistas locales hasta las 10 que empieza el concierto principal, un concierto principal de artistas de primer nivel y, después, de nuevo con artistas locales, DJ’s, que animan hasta las 2. Yo veo la felicidad reflejada en los rostros de la gente, los mails que nos están mandando de felicitación, de ánimos, sobre todo diciéndonos “no dejéis de hacerlo, seguid, seguid, porque realmente esto es algo único, algo mágico”
P.- ¿Te atreves a quedarte con alguno de los conciertos en concreto?
R.- No. Se me pone la piel de gallina en cada uno de ellos porque son mis hijos, porque es emocionante realmente y sobre todo me quedo con la cara de felicidad de la gente, con lo que veo a la gente disfrutar,
vivirlo intensamente. Yo tengo experiencia en otros festivales y la gente normalmente no lo vive así. Ana Torroja cantó después de dos horas de actuación cuatro canciones a capella, eso es impensable, no pasa en otros festivales. Lo que sí han coincidido en decirme es que hay una magia y la gente se ve implicada, involucrada totalmente en el evento, aquí los ves vibrar. Esa vibración que yo percibo me pone la carne de gallina cada noche. La gente no quiere que los artistas paren, no se van. Esa felicidad a mí me llena de orgullo. Es como la recompensa al trabajo bien hecho. Obviamente, siempre tendremos críticas y eso lo tengo claro, pero no me preocupan, sinceramente. Tener 50 críticas el primer día de 1.850 personas que vinieron el primer día…y la gente que no lo entiende, es porque no entiende que significa organizar algo aquí y te puedo asegurar que todos los que hemos trabajado aquí hemos dado lo mejor de nosotros, arremangándonos para ser un equipo, siempre con la sonrisa en la boca y atentos. Estoy feliz y agradecida por cada una de las personas que ha trabajado en este evento, y sobre todo, por la primera persona que creyó en mí, Isaac Olives.
P.- ¿Será rentable?
R.- Sinceramente, si cubrimos los gastos o perdemos poco, estaremos contentos. No buscábamos este año una rentabilidad. De hecho hemos optado por invitar a mucha gente que nos ha ayudado, apoyado, gente conocida de Menorca. Buscábamos dar a conocer esta oferta que es completísima y realmente amable, es un festival amable, que es lo que realmente queremos, descartando determinadas propuestas de con quién está con nosotros. Tenemos una imagen qué vender y es lo que buscábamos.
P.- ¿Y la segunda edición?
R.- Hoy por hoy, a no ser que pase algo, va a empezar el 1 de abril coincidiendo con Semana Santa y terminará el 15 de octubre. Cada mes tendremos una actuación de cuatro, cinco o seis artistas de diferentes modalidades y el plato fuerte en julio y agosto porque en Menorca está con un montón de gente, “overbookeada”, y, obviamente, esa gente es la que requiere este tipo de actuaciones que, además, son respetuosas con el medio ambiente, con las personas, con animales, con absolutamente todo. Una de nuestras normas es que no toleramos la agresividad bajo ningún concepto, cualquier persona que no se comporta de manera correcta y se le invita a salir. Aquí la gente está para divertirse y pasárselo bien. No aceptamos agresividades de ningún tipo.
Que le pregunten a los vecinos de Santa Ana y Es Castell si es algo mágico… Realmente es una tocada de cojones tener que aguantar ruidos que no nos tocan además de profanar un patrimonio historico como el Lazareto, sin respeto por todas las personas que perecieron allí. Manda huevos que el Consell se haya bajado los pantalones para estas cosas. Ya saben bien donde van a ir las próximas elecciones…