La humanidad bajo el imperio de la tecnología. El subtítulo de su libro nos avanza mucho de su contenido. Puede parecer paradójico pero su libro también se vende en internet. De hecho, ha pasado parte de su vida siendo un emprendedor en empresas de base tecnológica o sea que no desconoce este terreno. Pero, ¿qué ha visto que nos advierte de los peligros que acarrea?
La creciente conexión digital ha modificado profundamente nuestra forma de pensar, tomar decisiones y relacionarnos. En la trayectoria hacia una tecnología más invasiva y autónoma parecen reducirse nuestra libertad y el perímetro reservado hasta ahora al ser humano. ¿Esta es la tecnología que deseamos? Hidalgo advierte de cambios que ya se están produciendo. Y pone ejemplos.
Nos está fallando la memoria. Cuando surge un momento especial o destacado en nuestras vidas lo agendamos, lo fijamos en nuestro espacio virtual, lo fotografiamos y subimos a nuestra nube y pasamos a otra cosa. Todo esto lo hacemos de tal manera que no retenemos casi lo que se supone importante para nosotros. Confiamos tanto en la tecnología que nos permitimos olvidarlo para dedicar la capacidad de nuestras neuronas a lo siguiente. La red social irá rescatando de manera selectiva recuerdos para que no se nos olvide que vivimos aquellos instantes.
Algo similar pasa con nuestra capacidad de orientación. Con nuestros dispositivos móviles podemos geolocalizarnos y poner en las manos de la tecnología satelital la ruta que nos lleve al destino seleccionado. Pronto no leeremos las señales que ya nos lo indican en carreteras o ciudades porque los programas de localización nos ofrecen las rutas más cortas o supuestamente mejores. De otro modo, sin la tecnología de ahora, deberíamos ser capaces de leer el entorno y saber interpretar un plano. Cada vez está resultando más difícil para quien pone a trabajar a la tecnología para resolver esto.
Es decir, aunque la tecnología nos ayuda, al mismo tiempo nosotros estamos perdiendo habilidades, facultades que nos ayudan a defendernos en el medio en el que vivimos.
Hidalgo cree que estamos en una fase inicial y que aún estamos a tiempo de ser tajantes con el poder que le estamos dando a la tecnología y a las cinco grandes empresas que la controlan (por tanto, que nos controlan).
Nada de móviles en la mesita de noche. Nada de móviles en la mesa a la hora de comer. Tenemos que saber mantener un espacio para nosotros como humanos no constantemente conectados porque un día nos volveremos tan dependientes que seremos esclavos de la tecnología en lugar de que ella esté a nuestro servicio.