El Comité de Expertos para la Transición Energética y el Cambio Climático ve “imprescindible” reducir el turismo en Baleares porque, además de las altas emisiones de CO2 del transporte aéreo, los visitantes multiplican los desplazamientos internos, el uso de bienes importados y los residuos.
El presidente de este órgano independiente creado por la Ley de Cambio Climático de 2019, Pau de Vílchez, ha presentado este martes su primer informe anual, en el que se pone de relieve la necesidad de acelerar todas las medidas de reducción de emisiones que contribuyen al calentamiento global y recortar el consumo energético para alcanzar los objetivos fijados en la ley autonómica.
“Este verano ha sido dramático (…), la gente se ha dado cuenta de que el cambio climático es un problema a día de hoy”, ha resaltado De Vílchez en una rueda de prensa en la que ha pedido al Govern “coherencia política” para contribuir a frenar un proceso que ya solo niegan “cuatro pirados”.
El especialista ha recordado que el sector que más energía consume en Baleares es el del transporte, por lo que urge transformar la movilidad terrestre reduciendo el uso de los vehículos privados y aumentando la oferta pública.
En cuanto al transporte aéreo y marítimo, ha apuntado que no hay alternativas eficientes para reducir en aviones y barcos el consumo de combustibles fósiles de manera significativa, por tanto es preciso apostar por recortar el número de vuelos y de conexiones por mar, así como incrementar el consumo de productos locales frente a los importados.
Para De Vílchez, ampliar los aeropuertos de las islas “pone en peligro el futuro” de los residentes en Baleares, que han visto como el incremento constante de turistas no se ha traducido en un mayor bienestar sino en un incremento de las desigualdades.
Ha reconocido que el cambio de modelo económico que esta reducción de turistas requiere, con un desarrollo de la agricultura sostenible y otros sectores alternativos al turismo, “no es fácil” pero es ineludible para evitar un deterioro ambiental que se traducirá en peores condiciones de vida.
El informe del Comité de Expertos en Cambio Climático, un organismo carente de reglamento, presupuesto y personal, según ha denunciado su presidente, advierte que con el ritmo actual de reducción no se alcanzarán las metas legales de rebajar en un 40 % las emisiones, aumentar la generación de energía con fuentes renovables hasta el 35 % y recortar el consumo de energía un 26 % en los próximos siete años.
“Desde 2009 hay una tendencia a la baja de las emisiones por generación de energía, pero no es suficiente para alcanzar los objetivos de la ley”, puesto que al ritmo actual en Baleares se llegará al 2030 con el doble de las emisiones planteadas como objetivo, ha indicado.
Para llegar a la meta de generación de renovables en siete años se tendrían que instalar cada año equipamientos con capacidad de generar 600 megavatios, un volumen de potencia que es el que está actualmente en tramitación, ha apuntado.
“Tenemos poco tiempo y pocos recursos económicos, y tenemos que elegir muy bien a que destinamos los recursos”, ha incidido De Vílchez, que ha criticado por poco eficiente el proyecto de “hidrógeno verde” para transporte público y en instalaciones hoteleras desarrollado con apoyo del Govern en Lloseta.
“El hidrógeno tendrá un rol que jugar cuando tengamos tanta energía renovable que necesitemos almacenarla”, ha sostenido el experto.
Otra de las conclusiones del primer informe del Comité de Expertos es que se aborde la transición energética con una perspectiva de igualdad, puesto que el 1 % de la población más rica de España genera 14 veces más CO2 que el 50 % más pobre.
De Vílchez ha asegurado que la crisis de los precios de los combustibles fósiles provocada por la guerra de Ucrania no debe frenar los esfuerzos para cambiar el modelo sino lo contrario, algo que demuestra el hecho de que Europa ha ahorrado 28.000 millones de euros gracias a las renovables desde que comenzó el conflicto. EFE