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Dos años del teletrabajo: más conciliación, más comodidad… y más soledad

La pandemia supuso en Menorca y en el resto de España un gran aumento del nuevo modelo de empleo

Mujer teletrabajando.
Mujer teletrabajando.

Este jueves se cumplen dos años desde que se regulara un modelo de empleo que, hasta la llegada de la pandemia, apenas tenía cabida en España: el teletrabajo, una puerta abierta a la conciliación familiar, las oportunidades laborales y el tiempo libre, pero con un coste en términos de alejamiento social que muchos no quieren pagar.

La pandemia supuso un gran aumento del teletrabajo habitual (más de la mitad de los días trabajados). En el segundo trimestre de 2020, un 15,3 % de empleados trabajaba desde casa frente al 2,5 % que lo hacía el año anterior.

Este aumento motivó que se regulara a través de un decreto ley el 22 de septiembre de 2020 y, pese a que dos años después el número de teletrabajadores ha disminuido, un 10,1 % aún opta por esta modalidad aunque no sea de forma habitual, frente al 4,2 % que lo hacía antes de la pandemia.

Pese a las ventajas que el trabajo remoto ofrece tanto a trabajadores como a empresas, como el ahorro de tiempo en desplazamientos y la reducción de gastos, muchas personas continúan prefiriendo un modelo presencial para, entre otras razones, no perder el contacto social.

LA CONCILIACIÓN, LA FLEXIBILIDAD Y LAS OPORTUNIDADES

Uno de los aspectos que más destaca al hablar del teletrabajo es la conciliación familiar, ya que el ahorro de los desplazamientos y la flexibilidad de horarios son puntos a favor para muchas familias a la hora de organizarse.

Este es el caso de Nerea Vizcaíno, administrativa para una cadena de supermercados y madre de dos hijos, que gracias a combinar el trabajo presencial con el teletrabajo ha podido pasar más tiempo en familia.

“Ahora no dependo de nadie”, comenta, “a nivel de conciliación es muchísimo mejor, alguna vez puedo llevar a la niña al cole y la media hora que no pierdo volviendo del trabajo la paso conciliando”.

“Aunque a veces también se hace duro”, aclara Nerea, ya que “los niños no entienden que tú estas trabajando y que no puedes atenderles”. Pese a esto, no duda en considerar que este modelo “tiene más beneficios que inconvenientes”.

Otra de las grandes ventajas es la posibilidad de trabajar desde y para cualquier parte del mundo, como le ocurre a Juan Díaz, un ingeniero de software, residente en Oviedo que trabaja para una empresa de Estados Unidos.

Díaz considera este modelo “una pequeña revolución”, ya que, según ha explicado a Efe, “gente viviendo en provincias o países con costes de vida menores está accediendo a salarios mucho mayores por trabajar para empresas de otros países”.

Pará él, el teletrabajo ofrece muchos más beneficios, ya que el tiempo que ahorra en desplazamientos le permite practicar más deporte, dormir más horas y prestar más atención a su alimentación, “a nivel de salud mental estás mucho mejor”, comenta.

Poder combinar dos empleos es otra de sus ventajas, o así lo ve Esther Fernández, que reside en Alicante y trabaja como profesora de inglés para una empresa de Barcelona y otra de Singapur.

La opción de trabajar para dos empresas de diferentes lugares es algo que no podría valorar de no ser por el teletrabajo, según expone y, además de la conciliación y el ahorro de tiempo, Esther valora mucho “no depender del trabajo”.

“Puedo decir que me llevo el trabajo a cuestas a donde sea que me quiera mudar”, y para ella, este es el principal motivo por el que no cambiaría el teletrabajo por un trabajo presencial.

LA CERCANÍA DEL TRABAJO PRESENCIAL

No todos los trabajadores prefieren el trabajo remoto, Patricia García es asesora laboral y, tras experimentar los dos modelos, se queda con el presencial.

Uno de los motivos que le lleva a tomar esta decisión es la importancia de separar los espacios de trabajo de los de ocio y descanso, ya que considera esto le facilita “desconectar del trabajo” cuando se encuentra fuera de la oficina.

El aspecto social “tanto personal, como profesional” también es importante para ella, ya que, según declara, “la experiencia de otros compañeros también te ayuda a realizar mejor tu trabajo”.

Lo mismo opina Sebastián Torres, que se dedica al telemarketing, y que considera que trabajar desde casa supone “más presión” y te vuelve “más sedentario y desordenado”.

“A mí personalmente me parece que es mucho mejor ir al trabajo porque compartes anécdotas y experiencias con tus compañeros, sales de casa y te aporta una perspectiva diferente”, razona.

QUÉ OPINAN LOS EXPERTOS

Los expertos coinciden: lo ideal tanto para el trabajador como para la empresa sería un modelo mixto en el que se convine el trabajo presencial y el teletrabajo (en aquellos puestos que sea posible).

Juan Ignacio Vila, que tiene más de veinte años de experiencia como director comercial y es experto en recursos humanos, aboga por este modelo ya que desde el punto de vista personal “el teletrabajo es más cómodo y supone menos gastos” pero desde el punto de vista profesional es importante no perder “el sentido de pertenencia a la empresa”.

Además, considera que no todos los entornos son adecuados para teletrabajar y “la familia puede abusar de la libertad de trabajar desde casa”, lo que supondría un problema para el empleado.

Para José Luis Casero, expresidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de Horarios Españoles (ARHOE) y experto en teletrabajo y recursos humanos, “el equilibrio entre el trabajo presencial y el teletrabajo es muy bueno tanto para la conciliación como para el tema de los desplazamientos y el cambio climático”.

En su opinión, el teletrabajo a nivel total no sería favorable para los trabajadores, ya que “no es buena la pérdida de la socialización”, pero considera que, si el teletrabajo se implanta “de forma racional y sensata”, optando por un modelo mixto, “no tendría ningún inconveniente para la empresa” y sería un escenario en el que “ganamos todos”.


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