Merienda de “cadena de favores” en La Salle de Maó

Superan la cifra de once mil seguidores. La idea inicial fue la de utilizar la red social para intercambiar ayuda mútua entre quienes necesitaban algo. Aquello se fue extendiendo en el tiempo de las necesidades que surgían en la pandemia y ahora, con la idea de consolidar un voluntariado que continúe con este espíritu de ayudar al prójimo, se realiza el primer encuentro sin restricciones sanitarias.

Las condiciones meteorológicas han sugerido cambiar la ubicación inicial por la del Colegio La Salle Mahón, que tiene la posibilidad de ofrecer su sala del teatro por si en la merienda se pone a llover.

Según explicaba esta semana la impulsora de esta Asociación, María Prieto, la idea es sencilla; que cada cual se traiga su propia aportación de alimento para poner en común un rato de ponerle cara a quienes son más activos en esta cadena de favores.

De hecho, es el espíritu de ayudar lo que, según Prieto, muchas veces ayuda a las propias personas que se proponen hacer algo por los demás.

El aislamiento de personas mayores, los baches que provocan que haya personas o familias que en momentos puntuales no tengan lo más básico, ayudar en una tarea para la que no se tiene habilidad o las herramientas adecuadas,… las situaciones que se pueden arreglar con sólo tener cerca a otra persona (la mayor parte de las veces desconocida) que puede prestarse a echar un cable, son recurrentes.

En el pasado surgieron iniciativas parecidas como los bancos del tiempo donde había personas que se apuntaban para ceder una determinada cantidad de horas para ayudar a los demás con lo que sabían hacer. A cambio tenían la misma contraprestación por parte de aquel servicio o ayuda que pudieran necesitar en un campo que no dominaran.

El encuentro de este sábado por la tarde ha preparado algunas sorpresas para los asistentes y cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Mahón y el área social del Consell que valoran las iniciativas que surgen desde el mismo tejido social.