Recoger residuos mientras se hace deporte o plantar árboles a golpe de click; el viajero rural asume un papel activo con el turismo “regenerativo” una etiqueta que comenzó a aplicarse hace aproximadamente cinco años y que va más allá del turismo sostenible.
Una definición sencilla de este tipo de turismo puede ser “dejar el destino mejor de lo que se encuentra”, un auténtico axioma en un momento en el que algunos destinos turísticos rurales dan signos de saturación en algunas fechas.
La aplicación práctica de este término y los principios en los que se basa han llegado para quedarse a un sector, el del turismo rural, que celebra la próxima semana en Cazalla de la Sierra la octava edición de su Congreso Europeo (Coetur).
Así, esta etiqueta “joven” se ha colado en una de las mesas redondas de este foro en el que se analizarán presente y futuro del turismo vinculado al territorio, una actividad económica fundamental para muchas zonas rurales.
El turismo regenerativo no es algo desconocido en España, donde actualmente ya se están desarrollando iniciativas en más de doce territorios en los que, por ejemplo, van apareciendo los seguidores del “ploggin”, una práctica que combina el deporte al aire libre con la recogida de residuos.
Otro claro ejemplo de desarrollo bajo este sello es el museo Atlántico de Lanzarote, un enorme arrecife artificial subacuático creado para proteger y regenerar el ecosistema de la zona.
Y los centros de Turismo de la Sierra Norte de Madrid también se han puesto en marcha programas de turismo regenerativo con proyectos concretos como El Bosque Carpetania.
La idea es plantar un mínimo de 100 árboles en esta sierra y, para ello, los interesados sólo tienen que “activar” un árbol a través de la página web que se suma a la cuenta de la digitalización del bosque”, puntualiza la coordinadora del destino turístico Sierra Norte de Madrid, Elena Rubio.
Para dar este paso adelante en el concepto de desarrollo, es fundamental la concienciación a través de talleres como los que organiza The RegenLab for Travel-Laboratorio de regeneración turística.
Su fundadora, Sonia Teruel, ha trabajado 20 años en el sector de los viajes, donde se especializó en el turismo comunitario a través de un operador turístico ético en México desde 2015; tres años más tarde desarrolló la primera tesis que se ha escrito sobre Turismo Regenerativo.
ASÍ ES EL TURISMO REGENERATIVO
Se entiende que el turismo regenerativo comparte argumento y filosofía con el más conocido turismo sostenible, pero da un paso más, explica la experta que podrá escucharse en Coetur, que defiende que no es un “paradigma encorsetado”, pero aún así responde a unos principios.
Y todo nace con una mirada sistémica del conjunto del proyecto que se busque desarrollar dentro del turismo regenerativo, es decir, que tanto el ser humano como la naturaleza están conectados en sistemas vivos en los que las empresas u organizaciones no son máquinas, sino que están compuestas por seres humanos.
Otro de los conceptos principales son las tres relaciones en la regeneración, “la primera el ser individual, después la relación con los demás, y la tercera la relación con la naturaleza para pasar del individualismo a la inteligencia colectiva y colaborativa”, sostiene.
“Los residentes tienen que cambiar su rol y ser más activos, no todo debe depender de los viajeros”, añade, por su parte, el responsable de turismo en Ideas for Change, Francisco Rodríguez.
En líneas generales, todos los impulsores de este turismo regenerativo coinciden en que se trata de otra forma de entender el turismo, en el que el desafío de “dejar el lugar mejor de lo que lo encontraste” debe ser sólo “la punta del iceberg”.
De la filosofía a la práctica, la “regeneración” se abre paso en el turismo rural, ya muy vinculado a la naturaleza, y cada vez más adaptado y concienciado con la protección del entorno, una actividad que comparten viajeros y residentes en busca de un turismo de calidad en un territorio vivo. EFE