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Las escuelas del futuro serán refugios climáticos

Se empieza a trabajar en cómo afrontar un futuro distópico con episodios extremos de temperatura

Presentación datos sobre el clima
Presentación datos sobre el clima
Foto: IME

Los datos que se presentaron la semana pasada en el Institut Menorquí d’Estudis (IME) sobre el Informe del Cambio climático en las islas dejó conclusiones como que era necesario acelerar la transición energética y la acción climática, que hay que priorizar en cambiar las fuentes de energía que utilizamos y el transporte que tenemos, que hay que potenciar otra agricultura que no sea intensiva e industrial, que hay que cambiar el modelo económico, que hay que involucrar a la ciudadanía en la toma de decisiones, que nadie se queda atrás (a nivel social),… y unos días depués de decir todo esto, empieza a burbujear gas metano en el mar del Norte como quien echa leña al fuego del calentamiento global.

Parece que es más fácil hacer las cosas mal que hacerlas bien (medioambientalmente hablando). Con este panorama hay voces que se anticipan a lo que podrían ser veranos extremos. 2022 lo ha sido en Menorca con récords de temperatura pero es que ya veníamos de una tendencia alcista. Con este panorama es probable que el turismo escoja latitudes menos extremas para tomar el sol cuando tengan vacaciones en agosto. Nos queda acondicionar espacios para estar a gusto y hacer una inversión en este sentido pide priorizar espacios “sensibles”. Así, centros asistenciales, hospitales y colegios serán zonas en las que se dotarán los recursos futuros para que sean algo así como refugios climáticos y que protejan a niños o mayores de los rigores climáticos.
En latitudes donde se tienen temperaturas extremadamente fríos, también es habitual que haya espacios que ejercen ese cometido (aunque en este sentido por ofrecer calefacción garantizada).
Esto no es nada nuevo. Un ejemplo es Barcelona. El Ayuntamiento de Barcelona ha recibido la financiación del Urban Innovation Action (UIA), un programa de la Comisión Europea para el proyecto “Adaptar escuelas al cambio climático a través del verde, el azul y el gris”, que plantea intervenciones en once escuelas con un paquete de medidas azules (incorporación de puntos de agua), verdes (espacios de sombra y vegetación) y grises (actuaciones en los edificios para mejorar su aislamiento).

Tanto el alumnado de las escuelas como la ciudadanía podrán disfrutar de estas mejoras, ya que los patios permanecerán abiertos durante el verano. El proyecto también tendrá una vertiente pedagógica, dado que los niños y niñas participarán en el diseño de soluciones climáticas y en la evaluación de las acciones. Paralelamente, varios centros de investigación evaluarán científicamente los resultados de las intervenciones en términos de salud y confort climático.
La UIA es una iniciativa que tiene como objetivo encontrar y probar nuevas soluciones para retos del desarrollo urbano sostenible que resulten relevantes para el conjunto de los miembros de la Unión Europea. El proyecto de Barcelona ha recibido una subvención FEDER de cuatro millones de euros (más un millón de euros de aportación municipal) y el compromiso es llevarlo a cabo durante el periodo del 2019 al 2022.

Menorca ya está estudiando medidas para crear escuelas-refugio puesto que nadie pone en duda que en algún lugar habrá que resguardecerse de las consecuencias del cambio climático.


Comment

  1. … sería interesante que, antes de habilitarlas como refugios para la humanidad en caso de esas supuestas distopías, dedicarse a quitar toda la morralla que exhiben, en forma de crucifijos e imágenes de vírgenes y demás tonterías, que no deberían estar en nigún caso en lo que son centros educativos para la formación de las nuevas generaciones… para el adoctrinamiento ya están las parroquias y esa deleznable cosa rara que son las catequesis… si queréis habilitar escuelas e institutos como refugio para la sociedad, quitad primero el confesionalismo…

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