La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, arrendar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar los materiales y productos existentes durante el mayor tiempo posible. Tiene como objetivo abordar desafíos globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la gestión de los desechos y la contaminación. Se define en contraposición a la economía lineal. En el ámbito turístico balear están adoptando cada vez más esta forma de entender la economía. La Fundación Impulsa, con el conocido economista Antoni Riera al frente, está desarrollando una serie de jornadas en las que da a conocer las iniciativas que ya empiezan a funcionar en nuestras islas con esta premisa. Recientemente fue la empresa menorquina Artiem Hotels la que explicó los pormenores de su proceso de cambio de paradigma económico hacia la circularidad.
Pero no es exclusivo del turismo. En un ámbito más general, la economía circular es una estrategia que tiene por objetivo recibir tanto la salida de los materiales vírgenes como la producción de desechos, cerrando los bucles o flujos económicos y ecológicos de los recursos. El análisis de los flujos físicos de recursos proviene de la escuela de pensamiento de la ecología industrial en la cual los flujos materiales son de dos tipos, nutrientes biológicos, diseñados para reintroducirse en la biosfera sin incidentes técnicos, nutrientes los cuales están diseñados para circular con alta calidad en el sistema de producción pero no vuelven a la biosfera.
Si nos remontamos a unos meses atrás hay que destacar que el Decreto Ley 3/2022 del Govern establece una serie de medidas urgentes que fijan el marco para que el sector avance hacia la circularidad del turismo y hacia un impacto regenerativo en el territorio y la sociedad. Algunos de los puntos que más se han aireado son que la norma establece una moratoria que prohíbe nuevas plazas turísticas, obliga a las empresas hoteleras a contar con un plan de circularidad, a invertir en eficiencia energética y ahorro de agua, e incluso a cambiar las camas tradicionales por unas elevables. Por lo tanto, los hoteles deberán aplicar estrategias a través de un plan de circularidad que se deberá renovar periódicamente y deberá contemplar acciones respecto al agua, energía, alimentos, materiales y residuos.
Menorca, siendo Reserva de la Biosfera, no puede quedarse atrás y la Fundación Impulsa está estudiando desembarcar pronto en la isla para trasladar el trabajo que ya ha iniciado en Mallorca dando a conocer las oportunidades que representa que Baleares adopte estas nuevas estrategias.