Defender el oficio ante la profusión de contenidos banales y, en muchos casos interesados, en foros y redes sociales es una de las conclusiones que han hecho público este viernes los organizadores del I Congreso de Periodismo Gastronómico celebrado en Menorca.
Además de la defensa a la profesión de las amenazas en redes sociales, también denuncian la precariedad creciente en las condiciones laborales, así como la defensa y la reafirmación del oficio periodístico entendido como trabajo intelectual que requiere de un trabajo de campo veraz y de una reflexión personal dirigida a crear debate.
La Associació de Periodistes Gastronòmics de Balears ha remarcado la importancia de distinguir entre información y publicidad tanto en medios convencionales como en nuevos formatos, exponiendo con total claridad lo que es contenido pagado, tanto con dinero como en especie.
El objetivo es facilitar que el lector identifique en todo momento lo que es información y lo que es publicidad, única forma de garantizar la independencia y la ética periodística.
“Somos depositarios de este patrimonio gastronómico y tenemos una responsabilidad fundamental: preservarlo para transmitirlo a futuras generaciones. Este legado se ha desarrollado sobre todo en los hogares. Es deber de los periodistas y escritores gastronómicos de trabajarlo, difundirlo, promoverlo y darle valor y contenido escrito, siempre de acuerdo con el código deontológico sobre el que debemos regir nuestro trabajo”, han precisado desde la entidad.
Entre los aspectos que requieren una mayor divulgación, los periodistas gastronómicos han enfatizado en el enriquecimiento cultural, la libertad de opinión, el rigor analítico, la durabilidad social, la diversidad cultural y la durabilidad ambiental con el impacto de la gastronomía en el medio ambiente.
Durante la celebración del congreso, también se han referido al trabajo de los productores, artesanos y restauradores, a la alimentación saludable, el impacto local y en el equipo, y a la equidad, entre otros puntos. EFE