Desde Correos no dan explicaciones concretas a los motivos del colapso denunciado en las oficinas de Correos por los responsables sindicales de UGT Jaume Nadal y Laura Cervera. Su respuesta a la noticia publicada por Menorcaaldia han sido cubiertas con generalidades.
La situación expuesta señalaba que en estas fechas hay insuficiente personal para asumir toda la carga de trabajo. Desde Correos solo explican que asigna “eficientemente sus recursos tanto humanos, como logísticos y tecnológicos, por lo que en función de la producción, que es fluctuante, adecúa su plantilla y la estructura de sus secciones de reparto al nivel de actividad real”. Ni una palabra del caso concreto de Menorca denunciado por los representantes sindicales.
Los trabajadores de Correos en la isla han recibido la orden de priorizar la entrega de paquetes antes que cartas y certificados, que se realizan por la tarde y en horas extras. Desde Correos solo cuentan que la empresa “se encuentra inmersa en un proceso de transformación de su modelo de negocio con el objetivo de generar los ingresos que reviertan una situación de pérdidas de envíos postales agravada por la situación de la pandemia (en 2021, 212 millones menos que en 2020, año en el que se enviaron 500 millones de envíos menos que en 2019)”.
Desde UGT revelaban que las notificaciones postales de octubre estaban aún por repartir y las horas extras se querían a pagar sólo seis euros. Esta situación provocó la presentación de una denuncia formal ante Inspección de Trabajo. Nuevamente Correos responde con generalidades incidiendo en que “siempre vela por la seguridad y la salud de los trabajadores es una cuestión prioritaria y principal dentro de la actividad diaria, en la que toda la compañía está implicada activamente”. Pero ¿qué pasa con esa denuncia de los trabajadores?, ¿qué va a hacer Correos para solucionar esta situación ante la Inspección de Trabajo?.
Por último, los representantes sindicales nos contaban que por ley, una carta con destino el propio municipio debe entregarse en un plazo de 24 horas. En la realidad, la situación es mucho más complicada. Según explicaba Nadal, “si un ciudadano quiere enviar una carta desde Fornells a otro vecino del mismo núcleo, la misiva primero viajará en furgoneta a Maó. De allí, también por carretera irá a Ciutadella. Luego se subirá a un ferry con destino a Alcúdia. Una vez en Mallorca irá en furgoneta hasta Palma. Allí se la pondrá en un nuevo barco con destino a Valencia que es en donde se matasellará la carta finalmente. Después deberá hacer este mismo trayecto a la inversa para que sea entregada a su destinatario”. Una situación rocambolesca a la que Correos responde que “los procesos operativos para la clasificación de la correspondencia, pueden suponer que una carta local tenga que viajar hasta el centro de tratamiento automatizado de Correos de Palma, lo que no supone una merma en la calidad”.
Las respuestas de Correos no explican en ningún momento cómo se va a solucionar el colapso que se da en las oficinas de Menorca, algo que no niegan, en un momento en el que la carga de trabajo, debido a las fiestas navideñas, ha aumentado de manera notable y todos esperan recibir su felicitación o sus regalos.