El hipogeo de Santa Anna es una tumba colectiva excavada en el subsuelo y situada en el municipio de Maó. Declarada Bien de Interés Cultural por la Ley de 1985, recientemente se han descubierto unos grabados de gran valor arqueológico que requieren actuaciones en materia de restauración, habilitación y señalización del monumento para hacerlo visitable. Los grabados descubiertos en Santa Anna son de gran interés arqueológico. Los investigadores Joan de Nicolás, Miquel Carreras y Vicente Ibáñez Orts, con la colaboración de Pere Arnau y la también arqueóloga Mónica Zubillaga, los han encuadrado entre la cultura púnica y la época romana, dando especial relevancia a este espacio. Las representaciones se pueden dividir en tres grupos:
También existen algunas representaciones de tipo romano pero son escasas. Para llevar a cabo las actuaciones de restauración el Consell de Menorca y el Ayuntamiento de Maó han firmado este miércoles un convenio de colaboración y el conseller de Cultura, Miquel Àngel Maria, y la concejal de Cultura del Ayuntamiento de Maó, Conxa Juanola, han visitado el yacimiento acompañados por el jefe del Servicio de Patrimonio Histórico, Simón Gornés. “Siempre que hablamos de un yacimiento de fácil acceso, debemos buscar el equilibrio entre el derecho de los ciudadanos a visitarlo y las medidas que deben tomarse para su conservación. Como este hipogeo se encuentra en medio del polígono industrial de Maó, era necesario limitar el acceso al interior, lo que se ha hecho poniendo un cierre exterior y una señalización para facilitar la vista”, ha explicado el conseller de Cultura. Inspeccionado el hallazgo por los técnicos del servicio del Consell, se consideró importante controlar y proteger el acceso al interior de este hipogeo, por lo que se ha instalado una reja protectora para impedir el acceso no autorizado. También se consolidará la entrada, que ha sufrido algunos desprendimientos. El Consell es el responsable de restaurar y rehabilitar la estructura interna y externa del monumento, y el Ayuntamiento de Maó, propietario del monumento, de la limpieza y habilitación del acceso, que actualmente se encuentra bloqueado por la vegetación.
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