Pregunta de Trivial: ¿desde cuándo existen los juegos de mesa? Vamos a darles unas escasas líneas de texto para que lo piensen. Mientras constataremos que los juegos de mesa viven un buen momento. Seguramente podemos ponerlos en el apartado de ocio, pasatiempos y entretenimiento y, esto lo corroborarán muchos padres, lo prefieren a ver a sus hijos pegados a una pantalla.
Tenemos varias estanterías llenas de propuestas, categorizadas por el tipo o estilo de juego. E incluso los hay de factura menorquina. Un ejemplo es el Joc del Camí de Cavalls, que además de un verdadero entretenimiento respondiendo a las preguntas, es una fórmula fantástica para aprender sobre nuestra isla. Este forma parte de aquellos juegos en los que debes demostrar tus conocimientos de un tema (o varios).
Hay juegos de viajes (versiones portátiles de los originales), los denominados eurogames, ameritrash, fillers, cooperativos, miniaturas, los de resolver un misterio o de roles ocultos, juegos sólo para dos e incluso para un único jugador (solitario).
¿Ya saben desde cuándo hace que hay juegos de mesa? Ya existían en la prehistoria, lo que significa que fueron incluso previos al lenguaje escrito. ¿Y cual fue el primer juego de todos?
A riesgo de perder el quesito si fallamos la respuesta, muchos son los que dirían que son los dados. Y aquí en Menorca (como en otros lugares de Baleares) los dados eran unos determinados huesos. El juego de los huesos, el huesito de jugar, la marraquinca o juego de las tabas fue practicado a lo largo de toda la edad media, también, en buena parte de Europa. Puede verse en varias representaciones de época medieval. Recibía muchos nombres y se podía jugar de formas diversas. Una de las variantes más usuales era el juego del verdugo.
Tradicionalmente se empleaba el hueso del talón o astrágalo de los cuadrúpedos, de los animales de lana. En Menorca, la economía en aquel tiempo giraba entorno a las ovejas.
Actualmente no se juega pero sabemos que es un juego de azar, que consiste en echar en alto la taba (el hueso) y observar cuál de sus cuatro caras permanece visible y horizontal cuando el hueso ha caído en tierra; según cuál permanece, gana o pierde el jugador que lo ha lanzado.
En Menorca, en el siglo XX todavía había niñas que jugaban a esto. Generalmente juegan con dos huesecillos, arrojándolos hacia arriba simultáneamente. Las caras del hueso tenían, en Ciutadella, estos nombres:s’ull, es cul, sa-mitat y es nèpel (o el todo); si una marraquinca quedaba con el culo por arriba, la jugadora que la hubiera tirado, perdía. Por contra, si no hubiera ninguna de las tabas que quedara con el culo hacia arriba, ganaba. Si todas las piezas quedaban hacia arriba o si la pieza denominada nèpel hacia arriba, el jugador/a ganaba todo lo que los jugadores hubieran puesto.
Las partes de los huesos se llaman: hoyuelo (parte más hundida), espalda, barriguita o carne (cara cóncava que sobresale), reyecito o rey (parte más plana), palomera (parte que tiene un acabado en forma de pico). La correa es la cara opuesta al clavo.
En el túmulo funerario Başur Höyük, situado en el sureste de Turquía y con 5.000 años de antigüedad, fue hallada una serie de 49 pequeñas piedras talladas con pinturas. Se trata de las piezas de juego más antiguas jamás encontradas. También se han encontrado objetos parecidos en Siria e Irak, lo que parece indicar que los juegos de mesa se originaron en el periodo Creciente Fértil.
Hoy hay muchos juegos que derivan de programas concurso de la televisión. Hay versiones de juegos tipo Trivial, Monopoly, Party&co, Scrabble. Aunque los juegos de naipes tienen mucho tirón. Vamos a barajar y repartimos cartas para explicaros algunas cosas de interés de las cartas. Podemos jugar con baraja española o francesa. La historia de los naipes también es interesante y hay una leyenda que nos lleva a los tugurios de la China del primer milenio, en la Edad Media.
Según la leyenda, los naipes fueron inventados por las mujeres del harenes para distraer su aburrimiento. En el año 969, el emperador Mu-Tsung, de la dinastía Liao, denunció en público los naipes, imputándoles las desgracias acaecidas a la familia del duque Ch’ien. Quizá la razón de esta leyenda sería que las cartas estimulaban el juego, pasatiempo que históricamente se ha prohibido repetidamente sin resultado, como ocurrió en Florencia en 1277 y en 1387 por Juan I de Castilla, que prohibió el juego de naipes en sus estados. Hacia 1400, los juegos de naipes se habían prohibido también en Francia, Suiza, Alemania y Países Bajos.
En Menorca también hay ciertos juegos favoritos. Como el truc.
El juego del truc es un juego, posiblemente de origen árabe, que se juega en Baleares y en muchas partes del País Valenciano, así como en zonas limítrofes (como Albacete, aunque con reglas ligeramente diferentes, aunque con las mismas señas y vocablos claramente adaptados del valenciano).
Generalmente se juega entre dos parejas. Las expresiones del juego (“truque”, “quatre val”, etc.) se realizan en valenciano, aunque los jugadores hablen otra lengua. También es muy popular en Menorca donde se realizan campeonatos y donde el juego es muy parecido, pero cambian los triunfos (cambia el orden jerárquico de las cartas). El juego consta en realidad de dos juegos paralelos: el envite y el truc. El envite se juega en la primera ronda de las tres cartas que se tienen en la mano, y el truc, el juego principal, se juega durante las tres rondas.
Para acabar, repasamos algunos juegos que son tradicionales de Menorca y destacamos La Cuca por ser un juego estrechamente ligado a las fiestas de Navidad, durante las sobremesas de las reuniones familiares, que había caído en desuso en los últimos años del siglo XX, pero que actualmente se ha reavivado, especialmente en la parte del poniente de la isla.
Normas del juego
1. Estar de buen humor y dispuestos a caer en el pozo. Si juegan niños pequeños, conviene que los padres les expliquen que sólo se trata de un juego.
2. Pueden jugar tantas personas como se quiera, siempre que sean un mínimo de cinco y teniendo en cuenta que cuantos más jugadores haya más divertido y más largo resultará el juego.
3. Se juega con una baraja de cartas española.
4. El tablero de juego es un papel con una serie de círculos concéntricos cuyo número puede variar según las casas o las ocasiones.
5. Cada jugador o jugadora pone una moneda (del valor que hayan acordado previamente entre ellos) sobre el círculo más alejado del centro, pudiendo empezar el juego.
6. Para dar las cartas, primero se descartan y en cada nueva tirada las repartirá un jugador diferente.
7. Se reparten tantas cartas como jugadores haya, empezando por la derecha de quien las da, pero siempre debe haber, entre ellas, una debajo (que será la cuca) y un rey. Por ejemplo, si hay ocho jugadores, repartiremos del 1 al 6, la debajo y el rey del mismo palo.
8. Cuando todo el mundo tiene su carta, la persona que tiene el rey dice: “El rey manda que la cuca cante”, y quien tenga la cuca debe contestar: “La cuca cantará y el… lo pagará” y puede decir el número que desee de las cartas que están en juego.
9. El jugador o jugadora que tenga la carta que ha cantado la luciérnaga hará adelantar la moneda un círculo más arriba, y se vuelven a repartir las cartas.
10. Así, todos irán avanzando sus monedas hasta que caigan en el pozo que hay en medio del tablero.
11. Cuando un jugador cae dentro del pozo sigue recibiendo la carta que le corresponde a cada tirada, y si la cuca canta el número que tiene, debe decir: “Como el (número que tenga) no tiene para pagar, que lo pague …” y dice otro número.
12. El último que queda en juego es quien gana la partida y se lleva todas las monedas que había en el tablero.