Carmen Ramón
Mahón, 15 ene (EFE).- El histórico hospital militar de la Illa del Rei fue durante años víctima de innumerables destrozos a manos de okupas, desde el robo de tejas hasta la presencia de pintadas vandálicas contra la iglesia católica, un espacio en ruinas que un pequeño grupo de amigos se propuso rehabilitar y que ha sido posible gracias al voluntariado y a una inversión por unos 13 millones de euros.
Este islote ubicado en el puerto de Maó, visitado el pasado jueves por los reyes Don Felipe y doña Letizia, debe su nombre al hecho de haber sido la primera tierra menorquina que en enero de 1287 pisó Alfonso III, rey de la Corona de Aragón, junto a sus tropas, en su campaña para arrebatar la isla a los musulmanes.
El puerto de Maó adquirió su importancia en el siglo XVIII con el auge de la navegación, por lo que se convirtió en un espacio codiciado por las diferentes potencias europeas y sufrió diferentes ocupaciones inglesas y francesa.
Durante una de las dominaciones inglesas, se construyó el edifico destinado a hospital, fundado en 1711, si bien fue once años después cuando se llevó a cabo la expropiación de la Iila del Rel para construir un hospital naval que atendiera a los enfermos de la armada inglesa. Se la denominaba “Bloody Island” -isla sangrienta, en inglés- por los ríos de sangre que corrían de los soldados heridos.
El hospital pasó definitivamente a la corona española en 1802 y prestó servicio a diversas armadas en el Mediterráneo, como la estadounidense, la holandesa y la italiana, esta última durante la segunda guerra mundial, y cuya vida útil se prolongó hasta 1964, dando paso al deterioro, el vandalismo y el deterioro.
La idea de recuperar este espacio comenzó en 2004, cuando unos amigos que visitaron la isla quedaron “consternados” por el mal estado en el que se encontraba el recinto, como explica a Efe el presidente de la Fundación Hospital Iila del Rel y exjefe del Estado Mayor del Ejército, Luis Alejandre Sintes.
Como recuerda Sintes, el por aquel entonces alcalde Arturo Bagur los animó a seguir trabajando por reconstruir este histórico edificio sin cimentación y todo de marés. Entonces, la Associació Amics de l’Illa del l’Hospital dio lugar a la fundación Hospital Illa del Rei, que trata de salvaguardar la isla.
Desde la puesta en marcha de este proyecto, centenares de voluntarios se suman cada domingo por la mañana a las tareas de recuperación y rehabilitación de este histórico hospital, que alberga en el primer piso un Centro de Interpretación del Puerto de Maó, con abundante documentación dispersa, archivos oficiales y objetos históricos donados por entidades y particulares.
En este recinto también se encuentra la exhibición de la sala “Roma”, que recoge la historia del buque insignia de la Armada italiana cuya tripulación encontró refugio en el puerto de Maó tras ser hundido por los nazis en 1943, como apunta Sintes.
En esta dependencia se puede encontrar un libro “de valor incalculable” que recoge los cerca de 400 soldados de la marina italiana que sufrieron quemaduras y que fueron hospitalizados en la Illa del Rei y sobrevivieron, mientras otros tantos fallecieron.
De los nombres que recoge este libro destaca el del maquinista del Roma, Gustavo Bellazzini, que actualmente tiene 102 años, reside en Génova y es la última memoria viva del hundimiento, y que se espera que este año vuelva a Maó.
Además, en la planta baja del edificio, considerado Bien de Interés Cultural (BIC), se han recuperado las salas dedicadas a la hospitalización de pacientes o a especialidades como la cirugía, la farmacia, la odontología y la oftalmología, con materiales de un gran valor histórico donados por entidades médicas y particulares, detalla el presidente de la Fundación.
Entre ellos, destaca la recuperación de la colección de objetos médicos de una familia de oftalmólogos, que pasó de generación a generación, la donación de material de la Farmacia de Sineu, como los antiguos botijos de cristal, entre otros objetos.
Sintes también se refiere al “matrimonio de conveniencia que ha funcionado muy bien” en la isla. Así define el “enorme” impulso que supuso la llegada de la prestigiosa galería suiza Hauser & Wirth a la Illa del Rei, que abrió las puertas de su espacio en este islote en julio de 2021 con el fin de reinventar el panorama artístico menorquín.
