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Preocupación por el avance de la gripe aviar

Los sistemas de detección de enfermedades siguen con detenimiento cómo el virus puede saltar de aves a mamíferos

Pato
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Foto: Wikipedia

La gripe aviar, como su nombre indica, es una enfermedad vírica que afecta a las aves. El pasado mes de octubre se descubrió en La Coruña que había pasado entre especies, de aves a visones. Desde entonces ya se han detectado otros casos y se están reforzando las medidas de prevención para contener su expansión y posible contagio a otros lugares y, sobre todo, a otras especies.

Desde Naciones Unidas conocen a la gripe aviar desde 2003. El virus altamente mortífero, el H5N1, ha afectado, sobre todo a poblaciones de aves de corral de muchos países de Asia, Oriente Medio, Europa y África. Más de cien personas que estuvieron en contacto directo con aves infectadas han fallecido; en la mayoría de los casos se trataba de niños y jóvenes que hasta entonces gozaban de buena salud.

Más de 200 millones de pollos han tenido que ser sacrificados para detener la propagación del virus o han muerto a causa de la enfermedad. Los agricultores y productores avícolas han sufrido pérdidas que ascienden a miles de millones de dólares.

La buena noticia, si es que podemos decirlo así, es que la gripe aviar es una enfermedad animal de la que, hasta ahora, no se ha registrado una transmisión sostenida entre seres humanos. Los científicos están preocupados ante la posibilidad de que el virus infecte a los seres humanos y se propague fácilmente de una persona a otra. La transmisión tan extendida del virus de la gripe aviar en los animales aumenta este riesgo.

Una de las maneras en las que la población ha aumentado su escudo frente al avance de este tipo de enfermedad ha tenido mucho que ver con la incidencia de otro; el COVID. Tal como recordaba el epidemiólogo Ildefonso Hernández, la prevención sobre el contagio en estos años ha generado hábitos que conviene no dejar de lado ahora; la higiene de manos y ser prudente con las aglomeraciones de personas en lugares poco ventilados son la parte más básica para contener la propagación de contagios. De hecho, la gripe aviar no deja de ser una gripe que, al igual que el COVID, es un virus transmisible por exposición a quien está contagiado.

La comunidad internacional ya está tomando cartas en el asunto. La batalla mundial contra la gripe aviar y contra una posible pandemia de gripe aviar en los seres humanos se centra en controlar el virus de la gripe aviar en los animales domésticos —principalmente en pollos y patos— mejorando la detección del virus y la vigilancia, y reforzando los servicios veterinarios. El objetivo es reducir las pérdidas económicas en el sector de las aves de corral, limitar los casos esporádicos de seres humanos infectados y disminuir las probabilidades de una posible pandemia de gripe en seres humanos. El caso de una granja de aves afectada por la gripe aviar en Francia desató las alarmas cuando el gato doméstico de una familia que vivía justo al lado de la granja quedó contagiado por la enfermedad y tuvo que ser sacrificado.

Los síntomas de los virus gripales son bien conocidos aunque se confunden fácilmente; tener tos, fiebre y malestar general puede no ser más que un enfriamiento o conllevar el desarrollo de una enfermedad gripal de alguna de las cepas que viajan en estos meses de invierno por lo que es prioritario tomar precauciones y advertir cualquier cambio de salud a nuestro médico de cabecera.


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