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El buen momento del turismo senior

Clave para la desestacionalización y para la búsqueda de un perfil de turista que interesa más a destinos como Menorca

Restaurante abierto en el puerto
Restaurante abierto en el puerto
Foto: Pixabay

El invierno menorquín ha pasado de ser el olvidado reducto de inmensa paz para una comunidad aislada durante unos meses al año a una invitación a que muchas personas jubiladas encuentren el lugar para una escapada ideal. Unos pocos hoteles se lanzaron a tener su maquinaria en marcha solo para programas como el IMSERSO aunque esto está evolucionando y podría ir incrementando su oferta. De hecho ya lo hace con mucho más oferta de pequeños hoteles boutique en el centro de las principales poblaciones.

El perfil de turista senior no es el de una persona senil, es el de un adulto liberado de ataduras que quiere disfrutar de su tiempo libre y que lo comparte en un destino que le ofrece mucho más que baile. El turista senior es activo, quiere conocer, le mueve la cultura y la gastronomía más allá de la arena de la playa. Tiene posibilidades de gastar y es solvente. Consigue desestacionalizar. Evidentemente Menorca reconoce estos valores y pone (cada vez más) la alfombra para que Menorca sea destino de escapadas (o mini vacaciones).

El turismo senior ha ganado gran impulso y no solo centra su atención en los jubilados y prejubilados del país si no también de toda Europa. Los mayores de nuestros días son personas de espíritu joven, con ganas de recorrer los más diversos sitios y conocer nuevos lugares.
Los mayores de 65 años en Europa, que constituyen hoy el 21% de la población total de la UE, dedican el 5,6% de sus ingresos al turismo. En 2009 España puso en marcha el programa Europe Senior Tourism, destinado a traer a España viajeros senior de otros países europeos. El año pasado la Secretaría de Estado propuso a las instituciones europeas una nueva iniciativa que vendría a ser como un Erasmus. Es decir, el destino de los viajeros senior europeos no sería solo España, sino cualquiera de los países de la Unión Europea y sería un proyecto de todos sus gobiernos.

Otro elemento que debe tenerse en cuenta es que la climatología beneficia el turismo en latitudes como la que se encuentra Menorca, con inviernos poco rigurosos que parecen más una constante primavera. También hay que decir que esto va en detrimento de los meses tradicionalmente destinados al turismo y que se están tornando tan calurosos que desplazan el interés casi exclusivamente a la costa y a las actividades acuáticas.


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