Cuando un menor tiene un teléfono móvil, los padres suelen indicar una serie de limitaciones de uso. Algunos padres, para llevar un seguimiento que se cumple bien, utilizan programas o aplicaciones de control parental con lo que pueden conocer qué uso de dan sus hijos al móvil o, incluso, prohibir ciertas búsquedas o el uso de determinados programas.
O eso creen ellos.
Los chavales son, habitualmente, mucho más espabilados que los propios padres en el uso de la tecnología de manera que se ha popularizado un tipo de programas (realmente aplicaciones) que se denominan “de bóveda” bajo la cual, la apariencia del teléfono y el uso que se da de él es el pactado. Pero realmente esconde una segunda interface en la que el joven usuario no tiene ni limitaciones ni restricciones.
Al parecer fue una factura por un servicio premium de una página para adultos que recibieron los sorprendidos padres de un chico al que tenían un estricto control parental sobre su teléfono. Con la revisión del dispositivo del joven no se encontró nada extraño. Excepto una cosa.
El escritorio del teléfono tenía dos calculadoras. Resultó ser que tras la apariencia de una de esas calculadoras realmente había la aplicación bóveda que era capaz de mostrar una u otra apariencia del teléfono y de lo que podía hacer éste.
Así es como se descubrió el pastel.
Al parecer hace años que existen aunque hace poco que su uso se ha popularizado. Tienen un icono de calculadora y al ejecutarlas ofrecen esas prestaciones, pero si el usuario marca una secuencia de dígitos específica, la “bóveda” da paso a ese escritorio oculto con otras aplicaciones y ficheros que no están a la vista.
Como ya ha sucedido, el usuario podría estar usando una red social para mayores o un navegador para acceder a contenidos para adultos sin que sus padres se estuvieran enterando. Cualquier aplicación oculta instalada en la bóveda queda disfrazada de actividad en la calculadora. Y si es “invisible” porque está bajo la apariencia de un icono aparentemente inocente, ¿cómo se puede saber si el teléfono esconde una de estas aplicaciones? Es sencillo; una aplicación de calculadora suele ocupar menos de un megabyte y esas aplicaciones de bóveda pueden “pesar” fácilmente decenas o incluso cientos de MB.