La reacción alérgica consiste en la percepción que tiene nuestro organismo de una sustancia (alérgeno) como un elemento nocivo. Este contacto pone en marcha una respuesta inmunológica exagerada que se manifiesta en diversos órganos del cuerpo.
Los alérgenos más frecuentes son los pólenes, pero le siguen de cerca los ácaros, epitelios de animales, látex (o caucho natural), picaduras de avispas, ciertos alimentos y algunos medicamentos.
El alérgeno puede entrar en contacto con el cuerpo de varias formas: el polen que estos días se libera de flores de plantas o árboles de Menorca es inhalado por la nariz o la boca.
La creación de una unidad pública de alergología es una reivindicación que lleva más de diez años esperando su oportunidad en la isla.
De hecho, en las islas, puesto que la Comunidad Autónoma no tiene este servicio en condiciones, mientras que en otras sí. En el Archipiélago hay una única especialista para toda la población, es decir, cerca de 1,2 millones de personas. Por lo que calculan que el déficit de alergólogos públicos es de 24, según las coberturas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Desde el Govern hubo el compromiso de trabajar para que Balears pudiera incorporar un servicio público en condiciones pero aún no se ha convocado la plaza para el segundo especialista. Alergomenorca, la cita que reúne a especialistas de todo el Estado con carácter anual se celebrará en mayo. Según los datos aportados por los organizadores de este evento, cerca del 30 % de la población de Balears padece una alergia.
No existe suficiente información para determinar la incidencia de las alergias en Menorca, lo que se denomina un mapa de alergias. Tener un estudio así ayudaría a determinar el momento en que las alergias se están incrementando aunque no cabe ninguda duda de que la primavera es uno de los momentos clave para combatir la alergia estacional. Cuando la pandemia nos obligó a utilizar mascarillas a todos, los casos de alergia disminuyeron significativamente. El cambio climático es otro factor que hace que se alteren la cantidad de personas que padecen dificultades respiratorias. Incluso incide en que los síntomas duren más tiempo. El fenómeno de la polisensibilización de los pacientes es, cada vez, más habitual.
La lluvia de finales de marzo en Menorca incide de dos maneras contrapuestas en la relación entre el polen y la salud de los pacientes. A corto plazo, humedece los pólenes que hay flotando en la atmósfera, aumentando su peso y favoreciendo su depósito en el suelo, impidiendo que puedan penetrar en las vías respiratorias. Esto disminuye los síntomas de los pacientes alérgicos cuando este lloviendo. Sin embargo, a largo plazo la lluvia favorece el crecimiento de todas las plantas, sobre todo las gramíneas, lo que contribuye a un mayor desarrollo y un aumento en la producción de pólenes de gramíneas que se van a dispersar por la atmósfera en su momento de floración, con un aumento de los síntomas alérgicos.