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Un centenar de pintores de todo el mundo se aíslan en el Lazareto de Maó

Es la primera edición de Muse Hacking Quarantine

Es la primera vez que este formato llega a la isla
Es la primera vez que este formato llega a la isla

Un total de cien artistas de todo el mundo pintarán hasta el día 23 en la isla del Llatzeret del puerto de Maó, en el marco de la primera edición de Muse Hacking Quarantine.

Es la primera vez que este formato llega a la isla, que reanuda su uso de cuarentena, en este caso artística, y aísla a los participantes del resto del mundo.

La primera premisa de Quarantine es la desconexión con el exterior, con la prohibición de entrar teléfonos móviles en la isla, obligando a los artistas a centrarse en la experiencia que viven dentro de los muros del recinto.

La segunda es que el programa de trabajo es totalmente secreto. Los alumnos deben resolver así crisis diarias sin la posibilidad de consultar fuentes en internet y exprimir su creatividad.

Finalmente, la tercera es la admisión curada, por lo que de las 160 personas que aplicaron, 98 han sido elegidas para realizar esta cuarentena artística.

La experiencia, que pretende ser catártica, cuenta también con modelos profesionales, aunque se emplean los espacios y paisajes de la isla para desarrollar todo tipo de ejercicios de pintura al óleo.

La disrupción del programa por favorecer la crisis del alumno viene dada por la variabilidad de técnicas, como pintar sobre cristal, o enseñar a hacer paisaje de la mano de un profesor que es eminentemente de figura humana.

El plantel de profesores está formado por los estadounidenses Jeremy Mann, Emilio Villalba y Vincent Desiderio; la pintora rusa Nadezda; el colombiano Nicolás Uribe; y el artista noruego Henrik Uldalen.

La organización del evento, que se prevé repetir en octubre en un nuevo formato, corre a cargo del pintor Carles Gomila, quien ya había iniciado experiencias de retiros artísticos en Menorca.


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