Las tragaperras de Baleares tendrán que suprimir sonidos y luces para adaptarse a la nueva ley autonómica del juego, que establece estas medidas para dificultar que las máquinas propicien la ludopatía.
El Govern balear ha expuesto a representantes del sector las condiciones que tendrán que cumplir las tragaperras antes de finales de 2024 y les ha pedido que realicen las adaptaciones lo antes posible.
El ejecutivo autonómico ha reunido la Comisión del Juego, de la que forman parte responsables de distintas administraciones relacionadas con esta materia, así como de patronales de instaladores y fabricantes de máquinas.
En un comunicado, la Conselleria de Sectores Productivos expone que la ley obliga a la adaptación del software de las tragaperras para que antes de ponerse en servicio muestren en pantalla un mensaje en el que se recuerde a los usuarios que para jugar hay que ser mayor de edad y se les advierta de que hacerlo puede resultar adictivo.
“Se modificará su sistema operativo para que no emitan luces ni sonidos y, mientras no estén siendo utilizadas, permanecerán inhibidas, es decir: sin emitir ningún tipo de estímulo que pueda incitar a jugar y con la entrada de monedas y billetes completamente deshabilitada”, detalla el departamento autonómico que dirige Juan Pedro Yllanes.
El Govern asegura que las empresas fabricantes e instaladoras de tragaperras están de acuerdo en modificar cuanto antes las máquinas para asumir las exigencias legales.
El conseller Yllanes ha subrayado que para el Govern era prioritario poner el acento en las máquinas tragaperras, comunes en bares y restaurantes, porque “son posibles fuentes de inicio en el juego y por lo tanto de adiciones potenciales”.
En Baleares será preciso adaptar en lo que queda de este año y el próximo alrededor de 5.000 tragaperras. EFE