En los últimos tiempos se han alcanzado retrasos importantes en la obligación de todo conductor de llevar su vehículo a revisión. La antigüedad y el estado de un vehículo es uno de los factores más importantes en relación a la seguridad en la carretera, la suya y la de los demás. Por eso se establecen fechas en las que cada usuario tiene que llevar su coche a que pase el exámen pertinente. Pero las circunstancias del servicio actual en Menorca, donde se discuten condiciones laborales de los trabajadores frente a una carga de trabajo destacada, tiene a muchos propietarios de vehículos con una fecha para realizar este examen (en ocasiones) mucho más alejada en el tiempo de lo que sería adecuado. Mientras, nuestras carreteras se llenan de coches pendientes de examinar su seguridad. Las multas se imponen a costa de que se solucionen las diferencias entre la administración y la empresa concesionaria.
¿Pueden hacer algo los usuarios? La respuesta es sí. Además de armarse de paciencia hasta que se regule esta situación, conviene que estemos atentos a un mínimo control de seguridad de nuestro vehículo que podemos hacer nosotros mismos.
Uno de los buenos consejos que podemos aplicarnos es pedirle a nuestro taller de confianza que haga una revisión completa al coche. El kilómetraje del vehículo es una referencia que se tiene en cuenta para lo que llamaríamos las revisiones periódicas ordinarias del coche. Esas en las que se cambia el aceite del motor, se cambian los filtros, se equilibran las ruedas,… Aunque no tengamos aún cita ordinaria, no pasa nada por adelantarnos y pedir una revisión. Los profesionales del taller mecánico pueden observar muchos más puntos críticos en el motor o en el funcionamiento de nuestro coche del que nosotros podamos ver a simple vista. Puede ser algo como el cambio de escobillas del limpia parabrisas o algo menos evidente a simple vista como una correa de trasmisión.
Otro buen consejo es prestar atención a cualquier sonido diferente al habitual. “Escuchar” al coche nos puede ayudar a anticiparnos a los problemas. Un sonido u otro a la hora de frenar puede estar diciendo; “ha llegado el momento de revisar los frenos”.
Como las ruedas son el calzado del coche, conviene revisar la presión de los neumáticos. A veces sólo con observar su aspecto podemos deducir si todas las ruedas tienen la misma presión o no, pero es mejor asegurarse y es algo que cualquiera podemos hacer en una estación de servicio.
No menos importante es una revisión ocular de si todas las luces funcionan bien. El conductor no acostumbra a ver si todas sus luces funcionan bien. Para eso debemos hacer un repaso (le podemos pedir ayuda a alguién) puesto que además de las luces de cruce, el vehículo tiene muchas más bombillas y todas son importantes.