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Evita los problemas en tus pies este verano con estos consejos

En general, no les prestamos suficiente atención a nuestros pies y, por eso, proliferan los problemas de salud por esta parte del cuerpo

Izquierdo y derecho
Izquierdo y derecho
Foto: Pixabay

Hace apenas unos días pasamos de una primavera húmeda a un verano con su primera ola de calor. Los cambios bruscos en la meteorología afectan a un cambio en la forma de vestir. De ropa de manga larga a ropa de manga corta y, en lo que se refiere al calzado, de zapato cerrado a pies expuestos al aire.

Hay que tener cuidado con estos cambios. En ocasiones aún utilizamos calzado cerrado antes de adecuar nuestra vestimenta a las nuevas condiciones de temperatura y, si es así, podemos estar facilitando la aparición de hongos en los pies. Esto puede suceder por ponerse los calcetines o los zapatos con los pies húmedos. Tampoco ayuda el uso constante de zapatos ajustados que no permitan que el pie transpire de una forma adecuada. O andar descalzos en las piscinas en duchas o vestuarios públicos.

Si tenemos hongos notaremos sus efectos. Se ven, causan picor y se contagian. Pero además forman parte de una gran familia: Están los que generan el denominado pie de atleta, el más conocido y es muy fácil contagiarse de él en piscinas, vestuarios y ambientes húmedos. Añadimos la candidiasis o tiña en el pie, la onicomicosis, los hongos plantares,…
Llevar una buena higiene, evitar que el pie se quede húmedo y bajo altas temperaturas, es fundamental. Pero hay más.

La salud de los pies también pasa por las uñas. No conviene llevarlas siempre pintadas. Es importante cortarlas bien, siempre rectas y con forma cuadrada. Así evitaremos que se claven en los laterales y nos causen dolor e infecciones en la piel de los dedos. Si nos pintamos las uñas en verano, eliminar los esmaltes periódicamente para permitir que las uñas transpieren y disminuir la penetración de los componentes químicos de los esmaltes en el espesor de la uña, que acabaría por debilitarla y modificar su color natural.

Hay que hidratar la piel. Echarse crema de protección solar también en el dorso de los pies al igual que en el resto del cuerpo. Esta es una zona propensa a sufrir molestas quemaduras solares.

Siempre se ha dicho que caminar por la orilla de la playa es beneficioso, eso siempre y cuando ajustemos las distancias a las capacidades y posibilidades de soportar el esfuerzo muscular al que sometemos a los pies. Los que tienen un arco plantar aumentado o disminuido pueden sentir cansancio y sufrir cargas musculares mucho antes que un pie con un arco normalizado.

Es muy conveniente disponer de más de un par de zapatos abiertos para permitir un mínimo de 24 o 48 horas de ventilación entre puesta y puesta. Si son de piel o materiales naturales, mejor. Y es preferible evitar el abuso de calzado de suela plana. El motivo es que no ofrecen la amortiguación necesaria para los golpes que se producen al caminar, de manera que el pie recibe impactos continuamente que pueden causar dolencias de larga evolución y en ocasiones muy incapacitantes, como fascitis o sobrecarga de la musculatura posterior de la pierna.

Todos estos consejos deben entenderse como aplicables a cualquier persona pero, si nos referimos a un paciente diabético, los cuidados deben extremarse y, sobre todo, hacer una vigilancia más constante y profunda de la salud y estado de nuestros pies en verano.


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