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Los usuarios de la red de bibliotecas de Menorca crecen un 21%

Más de 42.000 personas son actualmente usuarias de la Xarxa, acercándose así a los datos de 2019

Los préstamos, tanto de libros como de otros materiales, ascendieron hasta los 112.776
Los préstamos, tanto de libros como de otros materiales, ascendieron hasta los 112.776

La Xarxa de Biblioteques de Menorca (XBM) ha presentado su memoria anual y con él unas cifras que se acercan cada vez más a las del 2019. Este año se han alcanzado los 42.223 usuarios, con un incremento respecto del 21%, respecto el 2021.

Durante el 2022, 2.624 personas pidieron el carnet de la XBM, contabilizándose así 328.976 visitas presenciales y virtuales. Esta es una cifra que mejora considerablemente este año y se acerca a los números previos a la pandemia. Además, hay bibliotecas, como son las de Ferreries, Es Mercadal y Fornells, que cuentan hoy con más visitas que en 2019.

Los préstamos, tanto de libros como de otros materiales, ascendieron hasta los 112.776. Por otro lado, las bibliotecas que forman parte de la XMB organizaron un total de 1.689 actividades, en las cuales participaron 11.201 personas. La de Alaior, con 357 actividades, fue la más activa, por delante de las de Mahón (337) y Ciutadella (313).

Además, la Xarxa de Biblioteques de Menorca sigue apostando por su labor cultural y social: 953 personas se beneficiaron durante el 2022 del Servei d’Acompanyament Digital. Este es un programa que ofrece semanalmente a aquellas personas que necesitan ayuda con las nuevas tecnologías, intentando así superar la brecha digital.

 

Presupuesto y mejoras para 2023

El Servei d’Acompanyament Digital, la dinamización cultural y la labor de las 29 personas que configuran la XBM se mantuvo con un presupuesto de 259.536 euros.

Ya mirando hacia el futuro, desde la XBM se está trabajando para implantar un nuevo modelo de biblioteca pública en Menorca, que se aprobó el julio de 2022. Este se define en una hoja de ruta que se basa en cuatro pilares: la transformación de los espacios actuales para adaptarlos al nuevo modelo que se quiere conseguir; la revisión de las actividades que se llevan a cabo de manera habitual y proponer de nuevas, además de crear laboratorios ciudadanos participativos; el replanteamiento de la política de colecciones, tanto física como virtual; y, finalmente, los recursos humanos y la dotación del personal necesario y cualificado para llevar a cabo dicho cambio.

 


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