En el primer trimestre del año, la tasa de criminalidad en las Illes Balears se ha ubicado en 65,8 delitos por cada mil habitantes, según ha informado la delegación del Govern.
Esta tasa sigue siendo inferior a la registrada en 2019, antes de la pandemia, cuando las restricciones de movilidad y los confinamientos redujeron la criminalidad. Sin embargo, la tasa de criminalidad en Menorca es significativamente más baja, con 43,2 delitos por cada mil habitantes.
Mallorca registra 65,7 delitos por cada mil habitantes y Eivissa lidera la lista con 81,3, mientras que Formentera tiene una tasa de 56 delitos por cada mil habitantes, todas ellas superiores a la de Menorca.
Según el Portal Estadístico de Criminalidad, durante los primeros tres meses del año se registraron 911 infracciones penales en Menorca, distribuidas principalmente en los municipios de Ciutadella y Mahón, con 375 y 300 infracciones respectivamente.
Los datos muestran que los hurtos y las estafas informáticas y otros ciberdelitos son los más numerosos en las islas. En concreto, se contabilizaron 3.673 casos de hurtos y 2.451 casos relacionados con la cibercriminalidad durante los primeros tres meses del año.
Por otro lado, los homicidios dolosos y los delitos relacionados con el tráfico de drogas han continuado disminuyendo, con una reducción del 61% y casi el 7% respectivamente en comparación con el mismo período del año anterior.
A pesar de la reducción de ciertos tipos de delitos, otros como las sustracciones en explotaciones agrícolas o ganaderas aumentaron en un 25%, y las sustracciones en vehículos y los delitos contra la libertad sexual también vieron un incremento.
Por otro lado, en casi 4 de cada 10 de estos casos se logró esclarecer la situación y se identificó a los responsables. Además, por cada mil delitos ocurridos, se detuvo e investigó a 248 individuos, cifra que se mantiene en línea con los ratios de detenciones del año anterior.
A nivel nacional, la tasa de criminalidad se sitúa en 49,8 delitos por cada mil habitantes. Balears, junto con Catalunya y Madrid, encabeza las comunidades con mayor incidencia. Esto se debe en gran parte a la gran cantidad de turismo que recibe la región, que no se toma en cuenta al calcular la tasa sobre la población censada.