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Las ganas de disfrutar con amigos y familia mueve al consumo fuera del hogar este verano

El 80% de clientes de TheFork piensan salir más a comer en restaurantes en agosto

Ganas de salir.
Ganas de salir.
Los españoles quieren salir a comer fuera más de lo habitual en agosto. (Foto: T.M.)

Belén Escudero

Madrid, 6 ago (EFE).- Los españoles tienen ganas de disfrutar el verano con amigos y la familia, como lo hicieron en la Semana Santa, sobre todo después de haber vivido una pandemia, y ese deseo ‘por celebrar’ esta haciendo que una de las motivaciones para consumir fuera de casa, la del placer, suba ya un 10 % en lo que va de año.

La motivación de la celebración y la fiesta para el consumo fuera del hogar (OOH por sus siglas en inglés) es una de las que mejor se está recuperando, sobre todo en estos días en los que se tiene tener más tiempo libre y pensar menos en los gastos, según lo constatan las cifras facilitadas a EFE por Cristina García Fuente, experta en paneles de consumo y restauración de la empresa de datos Kantar.

Tras un mes de mayo y junio, donde la climatología ha impactado en el consumo de terrazas, los españoles están saliendo con familiares y amigos para divertirse y relajarse y están incluyendo en sus planes una comida o cena en un restaurante, a pesar de tener que hacer una ingeniería con su bolsillo ante la subida del coste de la vida.

No obstante, esa situación económica está haciendo también que tome cada vez mayor peso a la hora de salir a consumir fuera la planificación frente a la improvisación. En el último año, los españoles han dejado de hacer un 7 % de actos sin planificar, de forma improvisada en este sentido.

El momento que más está triunfando para el consumo fuera es el de la comida del mediodía ya que acumula casi la mitad del gasto del OOT (el 46 %, según datos de Kantar, un 2 % más que el año pasado).

De esas ganas de ‘exprimir” el tiempo libre da cuenta la plataforma de reservas online TheFork, que según asegura ha registrado un aumento del 26 % de ellas durante el mes de julio, con respecto al mismo periodo en 2019.

Y el 80 % de sus clientes, según la encuesta que ha realizado, tiene la intención de salir más de bares y restaurantes durante sus vacaciones de agosto. El 48 % planea gastar en cada comida o cena una media de entre 25 y 30 euros y el 23 % menos de 25 euros.

La tendencia es la de socializar y disfrutar más, según el portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) Alejandro Marín, que cree que muchas familias están reduciendo partidas de gastos dadas las circunstancias, pero parece que en la que menos es en la de este tipo de ocio.

La solvencia baja, pero se sigue saliendo y viajando porque, según Marín, se registran niveles de ocupación que posiblemente van a superar los niveles prepandemia.

Eso le lleva concluir que o bien se están ajustando las partidas de gasto o bien se está incrementando el endeudamiento ligado a ‘tirar’ de financiación con la tarjeta de crédito o con una ‘oferta’ de un préstamo al consumo.

Algunas partidas se pueden ajustar, y así lo están haciendo muchas familias, según Marín, con un modelo de vacaciones más ‘low cost’, priorizando segundas residencias en el pueblo, en la montaña o playa, o con opciones más económicas como el campin o compartiendo apartamento con amigos o familia.

Para los que decidan recurrir a la financiación para pasar el verano, OCU recomienda optar por canales ‘tradicionales’, donde los intereses rondan el 7 % con ofertas desde 5 % TAE, mucho más bajos que los llamados créditos rápidos, en los que han detectado hasta casos del 1.000 %.

Uno de los consejos para no endeudarse en vacaciones es priorizar el efectivo o usar tarjetas prepago, ya que así somos conscientes de lo que gastamos, y evitar las tarjetas de crédito del tipo ‘revolving’ que incluyen intereses en torno al 20 % de media y donde la deuda se va engordando.

Pero, sobre todo, para que el consumo y las salidas se ajusten a la solvencia de cada hogar lo mejor es planificar y tener controladas las partidas que se van a destinar a desplazamientos, salir a comer o cenar y a otros gastos ya habituales, como la hipoteca, la alimentación y los recibos de la casa.


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