Las tareas de extinción de incendios en entornos insulares, especialmente en zonas de terreno accidentado, se presentan complejas. Para superar estos desafíos, los helicópteros se convierten en herramientas esenciales, capaces de alcanzar con rapidez los focos y ofrecer apoyo en la lucha contra las llamas. Además de desplegar agua desde el aire, estas aeronaves pueden trasladar brigadas al sitio del incendio con rapidez, teniendo en cuenta que es en tierra donde el personal especializado realiza la extinción. En la base de S’Arangí, situada en la finca pública de Es Mercadal, la brigada especializada ejecuta simulacros de emergencia. Estos ensayos abordan dos escenarios: uno donde el helicóptero puede aterrizar y otro en el que debe mantenerse en vuelo debido a las características del terreno o la intensidad del fuego. Estas prácticas se realizan con frecuencia, con el objetivo de automatizar protocolos de emergencia y tener claros los procedimientos al enfrentar un incendio real. Jorge Casado, jefe de la delegación del Ibanat en Menorca, subraya la importancia de estos entrenamientos: “Estos ejercicios consolidan los movimientos, permitiendo estar preparados para una emergencia real. Al dominar una acción, puedes resolver un problema de inmediato”. Además, agrega: “Estamos hablando de operativos que duran unos 10 minutos, donde la claridad y la rapidez son esenciales. En situaciones reales, muchos factores no se pueden controlar”. Las unidades helitransportadas son la primera línea de respuesta en una emergencia de incendio. En cuestión de minutos, pueden coordinar el operativo y ser los primeros en llegar al lugar, mientras que las unidades terrestres se desplazan. Además, desempeñan un papel crucial en las intervenciones dentro de la isla. Menorca ha conseguido esquivar los devastadores incendios que han afectado a muchas islas del Mediterráneo durante este 2023. Las campañas de prevención, educación ambiental y la conciencia ciudadana, sumadas a un tipo de turismo familiar y respetuoso con el entorno, han jugado un papel fundamental. A pesar de todo, Casado advierte que aunque la cantidad de hectáreas quemadas ha disminuido con los años, el peligro radica en la potencialidad de los nuevos incendios, que pueden quemar miles de hectáreas en muy poco tiempo. Casado concluye, “El 90% de los incendios son causados por el factor humano y solo un 10% por fenómenos meteorológicos. Además, con el cambio climático, las olas de calor y la escasa lluvia, la ‘suerte’ también se convierte en un componente crítico en la prevención”. |