El Ajuntament de Ciutadella plantea incrementar un 30% las extracciones actuales del acuífero, que según el GOB está casi completamente salinizado, y usar la desaladora al 100% para 2031. Así lo señalan los ecologistas que ya han presentado alegaciones al llamado Plan de gestión sostenible del agua y de emergencia por sequía porque consideran que es irrealizable.
Desde el GOB apuntan que Ciutadella presentaba una población de derecho de 30.811 habitantes en 2022, pero la influencia estacional hace que se lleguen a 66.466 en el mes de agosto. Para abastecer a tanta gente se usa un 76,2% de agua de acuíferos y un 23,8 de líquido procedente de la desaladora.
Pero el nuevo planeamiento municipal plantea alcanzar las 40.900 personas censadas en 2035, lo que se estima que se traduciría con una población punta de hecho de 97.308 personas. Para tener agua suficiente se estima que, sólo en verano de 2031 la planta desaladora debería funcionar al 100% de su capacidad (10.000 m3 /día) y complementarse, además, con la extracción de 12.500 m3/día de agua subterránea. Esto implica incrementar las extracciones sobre el acuífero casi en un 30 % respecto a las actuales.
La alta salinización que padece el acuífero, el uso de pozos de suministro sin control y el hecho de no vigilar el cumplimiento de medidas para evitar la contaminación imposibilitan, según el GOB, que se pueda extraer tanta agua subterránea.
Los ecologistas inciden en el hecho de que Ciutadella demuestra que la construcción de desaladoras no obedece a una intención real de mejorar los acuíferos naturales sino a permitir un incremento de la urbanización de la isla para albergar a más gente y proporcionarle el agua que necesita.
En opinión del GOB, los datos que aparecen en el Plan de gestión sostenible muestran la absoluta inviabilidad del crecimiento previsto en Ciutadella. Por este motivo urgen a racionalizar los usos del agua.
Esto pasaría por medidas como reducir los consumos (actualmente la población de hecho, residente más visitante, consume 296 litros/persona/día); rebajar las pérdidas de la red de distribución que se cifra en un 30% del agua que transporta; controlar los regadíos;
clausurar los pozos que extraen a gran profundidad que agravan la salinización y realizar un plan de recuperación del acuífero. Esto implica necesariamente reducir las actuales extracciones, nunca incrementarlas. La conclusión para los ecologistas pasa por revisar claramente a la baja cualquier crecimiento que implique a más población.
