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La calima en Menorca; cómo protegernos

¿Qué efectos tienen estos episodios de polvo del Sáhara en la salud?

Imagen de lluvia.
Imagen de lluvia.
Foto: Pixabay

Que llueva barro es un fastidio. Pero la sucesión de estos episodios y la densidad de algunas nubes que arrastran polvo del desierto hasta la isla puede suponer también un perjuicio para nuestra salud. Habitualmente, las nubes de polvo sahariano avanzan de sur a norte tiñendo de naranja los cielos y cubriendo todo a su paso con una fina capa del mismo color.

Así es como, según la densidad de la nube, la calidad del aire se puede tornar “desfavorable” o “muy desfavorable” por las partículas PM10 en suspensión, según los últimos datos del Índice de Calidad del Aire en España (ICA). Las grandes ciudades que acumulan un precedente de contaminación en su atmósfera por su mayor cantidad de tráfico son más propensas a padecer los efectos. Aunque las autoridades sanitarias recuerdan que este tipo de fenómenos meteorológicos no suponen un riesgo marcado para la salud, piden que se extreme la precaución, especialmente las personas con problemas respiratorios.

Existen dos tipos de calima: la natural que se forma a partir del transporte de la arena, el polvo y las sales que están en el agua de un sitio costero al interior de la ciudad. Reduce la visibilidad y puede ser peligroso para la salud respirar tantas partículas en el aire de una forma continua. Y luego está la que ocurre ocasionalmente cuando la contaminación en las ciudades es más alta dada la estabilidad atmosférica y la ausencia de viento.
Los científicos analizan el contenido de estas nubes que depositan barro al precipitarse sobre nuestras terrazas y encuentran óxido de aluminio y sílice, arcilla, yeso, calcita y otros minerales. También contiene partículas microscópicas de otras bacterias, hongos, polen y contaminantes, que emiten las industrias de Marruecos, Argelia y Túnez.

La Organización Mundial de la Salud indica que el nivel máximo al que se debe estar expuesto a este aire es de 50 mg por metro cúbico. En algunos episodios de calima se han registrado en la península hasta 500 mg por metro cúbico.

Según un estudio, cuando el polvo pasa por el noreste de Argelia, su composición es rica en calcio, estroncio, azufre, potasio y magnesio. Si, por el contrario, el polvo proviene del sureste del Sáhara y Mali, es más rico en silicio, hierro y manganeso.

Los principales síntomas para la salud son los relacionados con problemas respiratorios e irritación de las mucosas: obstrucción nasal, picor en los ojos y tos. Si la calima es persistente y su densidad abundante, pueden aparecer pasados unos días una sensación de dificultad para respirar, dolor torácico y asma, especialmente en personas con alergias o patologías respiratorias. La calima también esta relacionada con enfermedades cardiovasculares y en algunas personas se pueden desencadenar crisis de ansiedad.

Tras lluvias de barro y episodios de calima es recomendable redoblar los esfuerzos en limpiar el polvo depositado. Barrer tiene el inconveniente de que volvemos a levantar el polvo. Es mejor aspirar o fregar y, en el caso de tener problemas respiratorios, utilizar puntualmente mascarillas para no inhalar el polvo.


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