La proyección de la construcción de 490 chalets en la costa de Sant Lluís enfrenta dificultades, según las alegaciones presentadas por el Grupo Balear de Ornitología y Defensa de la Naturaleza (GOB). La organización ambientalista ha identificado deficiencias significativas en la planificación, principalmente relacionadas con el abastecimiento de agua y el manejo de aguas residuales en la zona.
Escasez y calidad del agua
El Plan Parcial del sector 2 de Binissafúller y Cap d’en Font, que involucra la proyección de dichos chalets, presupone una población de 1.470 habitantes que necesitarán ser abastecidos de agua potable y cuyas aguas residuales deberán ser gestionadas. Sin embargo, el GOB señala que los pozos previstos de abastecimiento no tienen suficiente capacidad y que la calidad del agua no cumple con las normativas estatales de potabilidad. Según la información proporcionada, el agua del pozo de Cap d’en Font contiene 563 mg/l de cloruros, excediendo el límite establecido de 250 mg/l.
Gestión de aguas residuales
En cuanto a la gestión de aguas residuales, ni la documentación técnica ni la ambiental presentan una solución clara sobre dónde se canalizarán. Una opción podría ser la depuradora de Binidalí, que actualmente no está en funcionamiento, o la de Biniancolla, que requeriría una expansión y tampoco cuenta con un emisario, filtrando el agua depurada en el subsuelo de la costa.
Directiva europea
El GOB subraya que, conforme a la Directiva Marco europea del agua, las inversiones necesarias en dotaciones referidas al agua deben ser repercutidas sobre los usuarios consumidores. Entre las medidas a considerar por los propietarios de las nuevas construcciones, se encuentran la puesta en marcha o la ampliación de depuradoras, la implementación de sistemas de bombeo, construcción de sistemas de recolección y transporte desde cada parcela, búsqueda y perforación de nuevas captaciones de agua, y en su caso, inversión en la reutilización de aguas depuradas y la inyección al acuífero de aguas regeneradas.