El “Joc Maonès” vuelve a la vida

Explica Muns Anglada desde el Museo de Menorca que este arte marcial menorquín se practicaba sobre todo en la parte de baixamar de la ciudad de Maó. Así se recoge también en alguna de las pinturas que se conservan del siglo XVIII como la denominada Los almacenes del puerto de Maó que data de 1835 y donde se aprecia a un par de personas en posición de combate corporal.

Los jugadores Ignasi Jover, Josep Carreras y Mariano Asensio aún conocen las reglas y los movimientos que se practicaban y así los mostrarán a los asistentes el jueves a las 11 de la mañana.

La relación entre el tedio de los largos viajes marineros así como la actividad de las tabernas del puerto pudieron dar pie a este tipo de juegos-combates. La convivencia en un barco, sobre todo si se embarcan como remeros gente que procede de la cárcel o que son delincuentes comunes, puede agravar la relación que hay entre ellos. En un barco puede haber 200 hombres juntos en un espacio tan limitado que están todos codo a codo.

Durante las travesías, los tiempos muertos debían ser matados de alguna manera. Existían juegos de cartas y dos galeones se encontraban en medio del mar, sacaban a sus campeones y, sobre pasarelas, los enfrentaban con lucha libre. Existe una tradición marinera que incita a pegarse. En Menorca se llama “Joc Maonès”.

Es una lucha a puño abierto. Hay un golpe que se llama “revés y toque bajo”. Es decir, golpes muy rudos, muy callejeros.

En apariencia es una mezcla de boxeo y kárate, pero más sencillo. Se trata de un juego tradicional que ha llegado a nuestros días con un extenso y rico volumen de técnicas y normas que regulan su práctica. Se practica con guantes de cuero enfundados en lana o en tejido mojado y se puede impactar por el contrario tanto con las manos como con los pies.