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La menstruación femenina también puede ser más higiénica para el medio ambiente

Se prepara un programa educativo dirigido a adolescentes escolares para desvelar las alternativas a los productos de un solo uso

Usar y tirar ¿eternamente?
Usar y tirar ¿eternamente?
Foto: Pixabay

Tener la regla es natural. Lo que no es tan natural es que la sociedad de consumo haya conseguido convertir en cotidiano la utilización de sistemas de usar y tirar, lo que resulta gravemente contaminante.

Con el apoyo de Menorca Preservation, la Fundación Rezero impulsa en Menorca un programa educativo que abra los ojos de las jóvenes y de alternativas al uso de compresas o tampones de un solo uso.

Multitud de estudios alertan de la toxicidad de un gran abanico de productos de consumo, especialmente en la industria del plástico en la que también se incluyen los productos menstruales. Según recuerdan desde la Fundación Rezero, la investigadora del IDAEA-CSIC, la doctora Ethel Eljarrat decía; “la mayoría de productos que utilizamos a diario tienen compuestos químicos. Algunos pueden entrar en nuestro organismo y se van acumulando. Son disruptores endocrinos, neurotóxicos y pueden ser cancerígenos“. El doctor Nicolas Olea sigue: “Las principales víctimas de estos compuestos potencialmente cancerígenos son mujeres. Las mujeres desarrollan más enfermedades por culpa de este modelo productivo manchado de sustancias químicas peligrosas”.

Un ejemplo muy claro y simbólico son los productos menstruales. La doctora Elena Carreras, en una notícia de TV3 afirmó que “cualquier producto que esté en contacto con la piel o las mucosas debe ir perfectamente etiquetado para saber cuáles son sus componentes; que no haya ese etiquetado en los productos menstruales, es decir, que no se haga específicamente en materiales que son utilizados por mujeres, desde un punto de perspectiva de género, es totalmente denunciable”.

Así pues, con la falta de control sobre los tóxicos de los productos menstruales, se repite el sesgo de género que las mujeres sufren en la medicina. Según la doctora Carme Valls, “en la medicina como en otras ciencias, hay unos estereotipos de género que nos hacen invisibles. Si nos ven, nos consideran inferiores y casi siempre quieren controlarnos”. Y somos invisibles, en primer lugar, por la falta de investigación diferenciada por sexo y por la falta de perspectiva de género en el análisis de los datos sobre la salud.

La copa menstrual, el uso de compresas lavables e incluso otros sistemas mucho más naturales e igual de eficientes pueden estar a mano del género femenino como alternativas. Todas ellas son mucho más respetuosas con el medio ambiente.

Se estima que una sola persona pueda llegar a consumir hasta 14.000 productos menstruales de un solo uso a lo largo de su vida fértil. Una compresa convencional está hecha en un 90% de plásticos, y podría tardar alrededor de 500 años en descomponerse.


Comment

  1. … en los centros privados concertados, esos que imparten un ideario condicionado por dogmas religiosos -aunque pagados por dineros públicos de un estado supuestamente aconfesional-, siempre han sido reacios a impartir clases o conferencias siquiera, acerca de educación sexual y afectiva… me gustaría saber si también pondrán pegas a este tipo de iniciativas…

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