El Puerto de Maó ha recibido al Seven Seas Voyager, marcando la llegada del último crucero de lujo de este año. Este imponente barco, conocido por su elegante decoración escandinava y materiales de primera calidad, simboliza el fin de una temporada de numerosas y prestigiosas visitas marítimas. Con una decoración que evoca serenidad y belleza, el Seven Seas Voyager destaca por su uso de mármoles, maderas y tejidos premium. Entre sus características más llamativas se encuentran los ascensores panorámicos y una impresionante estatua de la rosa de los vientos incrustada en el suelo de mármol, prometiendo a sus pasajeros una experiencia inolvidable a bordo. Este buque, que entró en servicio en 2003, tiene un diseño y estructura similares a su barco gemelo, el Mariner. Ambos fueron construidos en los astilleros Chantiers de L´Atlantique, utilizando el mismo diseño de casco que el antiguo Mistral de Festival Cruises, ahora conocido como Costa Neoriviera. El Seven Seas Voyager cuenta con impresionantes estadísticas: una capacidad para 680 pasajeros, atendidos por una tripulación de 469 miembros. El crucero tiene 8 cubiertas, mide 204 metros de largo y 29 metros de ancho, y un tamaño total de 42.363 toneladas. Con una velocidad de 19 nudos, este barco no solo es una maravilla en términos de diseño y comodidad, sino también en rendimiento. La llegada del Seven Seas Voyager al Puerto de Maó no solo marca el cierre de la temporada de cruceros de este año, sino que también subraya la importancia del puerto como destino clave para cruceros de lujo en la región. |