Llega final de año y como siempre, comienzo a hacer una reflexión sobre lo obtenido en el que termina.
Siempre hago un mapa mental en enero y pienso y escribo mis objetivos y creo una estrategia para llevarlos a cabo.
No obstante, suele ocurrir que el día a día me lleva y esos objetivos se van ralentizando y lo que planeé en enero, se ha ido retrasando o no se ha podido cumplir como yo pensaba que ocurriría.
Entonces me paro a ver que ha ocurrido este año para no poder cumplir mis objetivos y me hago consciente de que me he dejado arrastrar por los problemas que se han planteado y que no he sabido cortar a tiempo.
En una ocasión decidí realizar un curso de gestión del tiempo y al transcurrir 3 días, fui consciente de que mi agenda estaba repleta porque hacía el trabajo de 5 personas y que de esa forma era totalmente imposible que pudiera gestionarme.
Tuve que pagar un pastizal para que alguien me dijera que estaba desbordada y que lo que pretendía era totalmente imposible de conseguir.
Esto me ayudó a entender mi frustración y que al crear mis objetivos, tenía que dejar tiempo para los imprevistos que si o si iban a surgir.
Porque la vida, querido lector, te va a poner su propia agenda y tienes que ser flexible para saber llevarla junto a la tuya.
Así que te animo a escribir esos objetivos, ahora que acaba el año y ponerte en acción tras las fiestas para poder conseguirlo, siendo flexibles y controlando la frustración.
Si sois capaces de crear una agenda que podáis gestionar, vuestro día a día va a cambiar, vuestros objetivos serán reales y tendréis la gestión de vuestra vida en vuestras manos.
Acaba el año con fuerza, para empezar de una manera exitosa para tu vida.
.. . también hay personas que ven pasar la vida como si fuera una película, como si no fuera con ellos, siendo espectadores de su propio devenir vital… y es perfectamente respetable… yo respeto a los yuppies del control absoluto, de la planificación y el estrés, logro tras logro para cumplir su agenda, pero entiendan que también están los hippies del slow life que con el dolce far niente ya les basta y disfrutan de su paseo vital como el que más… paz y amor (y sexo)