Los amantes de los quesos saben que este alimento exquisito ofrece una amplia variedad de sabores y texturas. El maridaje perfecto realza las notas sutiles de un buen queso y convierte cada mordisco en una experiencia única. Este maridaje dependerá mucho de las preferencias personales y sobre todo, de la variedad de quesos que se prueben. Experimentar con diferentes combinaciones es la clave para descubrir nuevas dimensiones de gustos y aromas.
A continuación, proponemos las combinaciones que se adecuen para disfrutar de una jornada culinaria inolvidable.
1. Quesos Suaves con Vinos blancos:
Los quesos frescos y suaves, como el queso de cabra o la mozzarella, se complementan perfectamente con vinos blancos ligeros y ácidos. Un Sauvignon Blanco o un Chardonnay joven puede destacar las notas delicadas y cremosas de estos quesos, creando una armonía de sabores que deleitará el paladar.
2. Quesos curados con Vinos tintos de intensidad mediana:
Los quesos más curados, como el Gouda viejo o el Manxego, necesitan un vino con más cuerpo y estructura. Un Merlot o un Pinot Noir pueden proporcionar la complementación perfecta, equilibrando las notas de frutos secos y las texturas más densas de los quesos curados.
3. Quesos Azules y Fuertes con Vinos Dulces o Generosos:
Los amantes de los quesos azules, como lo Roquefort o lo Stilton, tendrían que buscar vinos dulces o generosos para contrarrestar la intensidad y la salinidad de estos quesos. Un Oporto o un vino de licor puede proporcionar una experiencia gustativa profunda, con la dulzura que suaviza el calor de los quesos fuertes.
4. Quesos ahumados con Vinos Robustos y Tànnics:
Los quesos ahumados, como el Gouda ahumado o el Cheddar envejecido, se combinan a la perfección con vinos tintos robustos y tànnics. Un Cabernet Sauvignon o un Malbec puede contrarrestar la intensidad de los quesos ahumados y realzar sus notas caramelizadas.
5. Quesos Frescos y Ligeros con Vinos rosados:
Los quesos frescos, como el feta o la mozzarella fresca, pueden ser acompañados con vinos rosados ligeros y refrescantes. Este maridaje proporciona una combinación equilibrada que resalta la suavidad de los quesos sin ahogarlos con la intensidad del vino.
(Un artículo de Eva Remolina – Amic para Menorcaaldia.com)