Maó 9, dic (EFE).- La artista menorquina Anna Ferrer clausura su gira Parenòstic en el Teatro Principal de Maó tras dos años de actuaciones dentro y fuera de España. En una entrevista con EFE, la joven cantante relata qué le deparan los próximos meses.
P.-Culminas una gira extraordinariamente larga, ¿Como estás tras dos años de rodar por escenarios y cómo te sientes con la idea de clausurar Parenòstic en el mismo lugar donde empezó?
R.- Estoy exhausta, resuelta y plena. Parenòstic me ha dado tanto, tanto, que necesito espacio para digerirlo, entenderlo y ser capaz de descubrir quién soy ahora creativamente, desde dónde parto. Actualizar el software.
Clausurar en casa es de justicia y nos ordena. El ritual es al tiempo lo que la casa al espacio, como dicen.
P.- Es tu primera gira en solitario y has tocado en escenarios tanto nacionales como internacionales, ¿Cómo se ha recibido la música menorquina en lugares como Londres o Marruecos? ¿Que sensaciones te quedan tras llevar la música popular de tu tierra tan lejos?
R.- Estoy feliz de haber confirmado que cuanto más local más universal, en tanto que al estar conectada a tu propia cultura, haces de espejo a la conexión del otro con la suya. En ningún lugar me he sentido juzgada por cantar en catalán o menorquín, y espero que esto nos nutra para realmente dejar de lado este complejo de inferioridad que tenemos; no en vano, por las razones históricas conocidas, pero a nivel internacional no supone ningún límite de conexión con el público.
P.- Hablemos de tu gusto por el folklore menorquín y por la música popular, ¿Se puede reinterpretar ese acervo musical y folklórico en clave actual? ¿Que tiene para ofrecer la música popular a las nuevas generaciones?
R.- Creo totalmente que la música folklórica nos interpela como colectivo más allá del tiempo y lo demuestran en formatos más mainstream artistas como Rodrigo Cuevas, Baiuca, Los Voluble, etcétera. El folk no es más que la música popular de otro momento y, aunque podamos e incluso debamos ampliar sus horizontes para llenarlo de matices ideológicos y morales, la fórmula musical que lo ampara es atemporal y universal, y nos atraviesa si no lo juzgamos porque parte del idioma de lo que seguro que todos compartimos: la humanidad, lo colectivo y lo primario. Va al corazón de las cosas, en un sentido amplio de la palabra.
Siento, eso sí, y ahora voy a posicionarme, que es una lástima que el uso de la electrónica, una música de la que también gozo, sea el único camino posible para llegar a las nuevas generaciones.
Deseo encontrar la fórmula de darle actualidad a este lenguaje de antaño, sin precisar de las máquinas que todo lo inundan. La austeridad por bandera en tiempos barrocos.
P.- Has tenido la oportunidad de tocar con numerosos artistas durante este Parenòstic ¿Volverás a trabajar en el futuro próximo con alguno de los colaboradores de esta gira?
R.- Sí, ha sido maravilloso. He cantado en el disco de Clara Peya, en el de Silvia Pérez Cruz, el de Selma Bruna… También montamos un proyecto con Marco Mezquida, que está siendo muy bien recibido.
Mientras te lo cuento me doy cuenta de que aún no he procesado nada, lo sé pero no me pertenece; una aprende de sus tiempos y yo ya sé que soy lenta, que me daré cuenta con el cuerpo de todas estas experiencias cuando hayan pasado unos meses de reposo, con la perspectiva. Me encantaría seguir colaborando con todas ellas, queridas amigas a las que admiro.
P.- ¿Qué se espera de Anna Ferrer para 2024 y en adelante?
R.- Por lo pronto, un respiro. Necesito utilizar las manos, hacer pan, carpintería y horas y horas de silencio. Adoro el silencio. Necesito descansar de la sintonía de Vueling y de hacer maletas cada dos días.
Tengo tanta curiosidad de saber por dónde salgo creativamente después de esto… Adelanto, eso sí, que Parenòstic saldrá en formato vinilo para que pueda entrar en casa de todos los que lo quieran.