Un grupo activista conformado por padres, madres y educadores, conocido como “Aules sense pantalles,” persiste en su esfuerzo por reformar el uso de la tecnología en las aulas, buscando contrarrestar los riesgos asociados al abuso descontrolado de dispositivos electrónicos en el entorno educativo. Su iniciativa surgió hace seis meses, motivada principalmente por la disminución en la comprensión lectora de los niños, un problema que consideran solo la punta del iceberg.
Amalia Quintanilla, miembro destacado de este colectivo, compartió en una reciente entrevista en Radio Menorca detalles sobre la reunión programada para el pasado viernes 19, donde se consolidaron todas las firmas recopiladas en su manifiesto. Este documento, disponible en centros escolares y mesas informativas, pretende generar conciencia sobre la necesidad de cambios en los planes educativos.
El grupo, que ha recibido un respaldo significativo, ahora dirige sus esfuerzos hacia las administraciones competentes, solicitando una revisión exhaustiva de los planes digitales en las escuelas. Su objetivo es permitir que las familias retengan la opción de una educación sin dependencia excesiva de medios digitales, asegurando garantías en la elección de métodos tradicionales de aprendizaje.
Una de las principales preocupaciones del colectivo es la falta de control sobre el tiempo que los niños pasan frente a las pantallas, tanto en la escuela como en casa. Hacen hincapié en la necesidad de revisar las recomendaciones laxas de la Conselleria de Educación, proponiendo límites efectivos al tiempo de exposición digital. La Organización Mundial de la Salud sugiere un máximo de dos horas frente a la pantalla, una pauta que actualmente carece de aplicación práctica.
El colectivo destaca los riesgos asociados con el abuso de la tecnología, desde problemas de salud ocular hasta la falta de control sobre los contenidos en internet. Señalan que, en la adolescencia, el uso indebido de dispositivos móviles está generando preocupación, y algunos centros ya han compartido resultados de estudios que evidencian la necesidad de mejoras.
“Aules sense pantalles” reconoce la complejidad y el tiempo necesario para implementar cambios en la regulación educativa, pero se muestran satisfechos por haber desencadenado un debate que sensibiliza a la sociedad sobre la importancia de tomar medidas concretas para preservar una educación equilibrada y saludable para los estudiantes.