La creciente situación de tensión bélica en ciertas zonas del Mar Rojo está dejando su huella en el comercio mundial, y Menorca no escapa a las consecuencias. El desvío de barcos de carga hacia rutas alternativas más seguras, aunque más largas y costosas, está generando la preocupación del sector comercio.
Vicente Cajuso, presidente de la Asociación de comerciantes de Menorca (ASCOME), alerta sobre la inminente repercusión que esta situación podría tener en la isla. La desviación de rutas marítimas está afectando directamente al transporte de mercancías, incrementando los costos y prolongando los tiempos de entrega. Este cambio en la logística podría traducirse en un aumento en el precio de numerosas materias primas o productos acabados que Menorca importa desde diversas partes del mundo.
La economía global se ve afectada por la tensión en el Mar Rojo, ya que los barcos buscan rutas más seguras para evitar áreas conflictivas. Este reajuste en la cadena de suministro tiene un impacto directo en los costos de transporte, los cuales se trasladan a los productos finales que llegan a Menorca. El presidente de la Asociación de comerciantes advierte que esto no solo afectará a los grandes comercios, sino que también repercutirá en los pequeños empresarios y, en última instancia, en los consumidores locales. Algunas empresas utilizan alternativas como el transporte aéreo pero según las características de la carga o la diferencia de precio, no todas las empresas pueden acogerse a esta alternativa.
La Asociación de comerciantes de Menorca está evaluando estrategias para mitigar el impacto económico, pero la situación subraya la interconexión del comercio internacional y cómo los eventos geopolíticos pueden tener ramificaciones directas en economías locales aparentemente distantes. Otra lectura posible, para los más optimistas, es la de dar un giro decisivo hacia la industria más local o cercana. Algo que, de nuevo, podría tener sentido en algunos componentes, pero no en todos. Una vez más la industria automovilística vuelve a sufrir el impacto de esta merma en el flujo regular de componentes o piezas complejas que hacen que, también en la isla, comprar un coche no sea ni barato ni fácil en estos tiempos.
La comunidad empresarial de Menorca sigue de cerca los acontecimientos en el Mar Rojo, consciente de que la resolución de la tensión en esa región no solo aliviará las preocupaciones de seguridad global, sino que también contribuirá a estabilizar los costos y las rutas comerciales, preservando la economía local de repercusiones más profundas.
Pues poco nos pasa si tenemos en cuenta cómo tratamos a los refugiados o como consumimos compulsivamente y sabiendo que la fabricación muchos productos implica esclavismo y contaminación.