En la búsqueda continua de soluciones sostenibles para enfrentar los desafíos relacionados con el agua, la recolección y reaprovechamiento del agua de lluvia emerge como una alternativa prometedora y respetuosa con el medio ambiente. En este artículo, exploraremos cuánta agua se puede recoger a partir de la lluvia y cómo esta práctica puede ser una valiosa fuente de abastecimiento de agua para una isla como Menorca que tuvo en el pasado muchas más cisternas o aljibes en uso que en la actualidad.
Desde hace años se intenta fomentar la recuperación de este sistema. En el ámbito constructivo, las nuevas edificaciones ya deben tener mejoras en este sentido. A nivel público hay algunas iniciativas (como depósitos municipales de agua procedente de lluvia) aunque son pocas y no todas están en funcionamiento aún.
Para entender mejor el potencial de recolección de agua de lluvia, consideremos una vivienda unifamiliar con una superficie de techo de, por ejemplo, 150 metros cuadrados. Este tamaño de vivienda es común en muchas áreas residenciales de Menorca. Cruzaremos este dato con la precipitación media de un chubasco, que según los informes de la agencia meteorológica es de 15 litros por metro cuadrado.
Si multiplicamos la superficie del techo (150 metros cuadrados) por la precipitación media (15 litros por metro cuadrado), obtenemos que un chubasco podría generar hasta 2250 litros de agua de lluvia para cada vivienda. Esta cifra es significativa y demuestra el potencial de recolección incluso en condiciones climáticas moderadas.
Casos de éxito alrededor del mundo respaldan la eficacia de la recolección de agua de lluvia. En Australia, donde la escasez de agua es un desafío constante, muchas viviendas han adoptado sistemas de recolección de agua de lluvia con resultados positivos. Tan simple como instalar cisternas o aljibes conectados al sistema de canalización de lluvia, estas soluciones han demostrado ser efectivas y sostenibles.
La ciudad de Singapur también ha implementado con éxito la recolección de agua de lluvia a nivel urbano. Con programas gubernamentales que incentivan la instalación de sistemas de recolección en edificios y espacios públicos, la ciudad ha logrado reducir su dependencia de fuentes tradicionales de agua.
La implementación de estos sistemas no solo contribuye al abastecimiento de agua, sino que también reduce la carga sobre los recursos hídricos locales. En el caso de Menorca con registros del nivel freático bajando a ritmo acelerado. Capturar y almacenar el agua de lluvia de manera controlada no es más que una parte de la solución, pero habría que adoptarla ya.
Quién no tenía una cisterna hace 50 años en cualquier casa de pueblo o en rustico.
A día de hoy las han cubierto de escombros o inutilizado y está agua de los tejados terrazas etc va a la calle y pasa lo que pasa cuando llueve un poco más de lo previsto.