Los trabajadores penitenciarios del Centro Penitenciario de Menorca se han unido esta mañana a la ola de homenajes que se han extendido por todo el país, concentrándose a las 12:00 h en las puertas del centro en repulsa por el asesinato de Nuria, una trabajadora del centro penitenciario Más d’Enric en Tarragona. Este acto simbólico ha resonado en todas las prisiones españolas, marcando un momento de consternación, rabia y dolor entre los compañeros de la víctima y el colectivo penitenciario en general.
La comunidad penitenciaria se enfrenta al duelo por la pérdida de una de sus miembros en circunstancias trágicas, lo que ha suscitado una reflexión profunda sobre la seguridad y las políticas penitenciarias actuales. Los trabajadores expresan su preocupación por la adecuación del tratamiento a los internos, subrayando la falta de individualización y adaptación a los perfiles cambiantes de la población reclusa.
Una de las reivindicaciones más sentidas por parte del colectivo es la necesidad de reconocer a los trabajadores penitenciarios como agentes de la autoridad durante el desempeño de sus funciones, una demanda histórica que sigue pendiente de materialización legislativa. Esta condición es vista como esencial para mejorar las condiciones de trabajo y seguridad dentro de las instalaciones.
Además, en el Centro Penitenciario de Menorca, la situación se agrava debido a la dificultad para cubrir plazas vacantes, exacerbada por la falta de un complemento de insularidad adecuado que compense la carestía de la vida en la isla. Esta circunstancia ha llevado a que muchos empleados sean destinados a Menorca de manera forzosa, con la esperanza de trasladarse a otro destino en cuanto sea posible.
El colectivo penitenciario reitera su compromiso con la seguridad y la mejora continua, esperando que la administración haga cambios significativos en la política penitenciaria española para evitar otra tragedia como la de Nuria.
