Este 2024 será el año de la recuperación del turismo tras la pandemia y lo afronta con grandes desafíos: Ofrecer mayor sostenibilidad sin que eso provoque un incremento de los precios, evitar la concentración masiva de visitantes en un mismo periodo y atender a clientes cada vez más ‘verdes’ y exigentes, asegura Zoritsa Urosevic, Directora Ejecutiva de ONU Turismo.
En una entrevista con EFE, la directiva, responsable también del Departamento de Sostenibilidad y Resiliencia de la agencia de la ONU, destacó que lo que el sector ha aprendido tras la pandemia es que ahora el turista “es más consciente de su bienestar y es mucho más exigente con los lugares que reflejan mejores prácticas responsables”.
En este sentido, Urosevic considera que “como ecosistema amplio”, es muy importante entender que en la sostenibilidad “no nos limitamos solo a hablar de medioambiental, sino también económica, inclusiva y en la que la gente es el centro del trabajo y de desarrollo”.
“Promover el turismo sostenible es parte de nuestro ADN”, destaca la directora, que adelanta que la clave será lograr “equilibrio social” e incrementar los ingresos económicos del turismo, vitales para los países en términos económicos y de empleo y desarrollo local.
Entre esas medidas para hacer el turismo más sostenible están las de usar el menor número posible de transportes durante unas vacaciones, ampliar la duración de las estancias ofreciendo más y mejores alternativas de entretenimiento o desestacionalizar la llegada de visitantes más allá del verano para evitar destinos masificados con precios inflados.
“Estamos viendo cambios con respecto a años atrás. La gente empieza a viajar desde Mayo hasta Octubre o Noviembre, lo que era menos común. Se trata de una oportunidad para reducir las cargas del medio ambiente, la naturaleza y el coste económico. Es algo que hay que aprovechar”, destaca.
“El turismo también hace que la gente local se beneficie de las inversiones en el país”, tales como la conectividad o el transporte, en un sector que genera 1 de cada 10 empleos en el mundo, representa cerca del 3% del PIB directo y que se esmera por contar con establecimientos y propuestas que mejoran la eficiencia.
Se espera que 2024 sea el año de la recuperación total del sector tras la crisis del coronavirus, después de que en 2023 el turismo internacional alcanzará el 88% de los niveles registrados antes de la pandemia, con un número estimado de 1.300 millones de llegadas internacionales, según datos de la agencia de Naciones Unidas.
“Hay que hacer un balance entre el exceso y el valor añadido para la sociedad que vive en ese país”, sin olvidar que se trata de un sector que consume recursos naturales, genera residuos e incide sobre el cambio climático, algo que para Urosevic es un problema común que debe afrontarse con cautela: “Es nuestra propia conciencia y la capacidad que tengamos de tomarnos en serio que el calentamiento global es problema de todos”.
Por este motivo, la Declaración de Glasgow, firmada por cerca de 850 organizaciones y bajo la premisa de “reequilibrar” la relación del turismo con la naturaleza, logró contar con el compromiso mundial de reducir a la mitad las emisiones para 2030 y llegar a las emisiones netas cero antes de 2050.
“Es necesario tener un gobierno o un destino o una región que invierta en tecnologías de eficiencia de recursos de energía renovable”, en especial con recursos escasos como el agua: “Es muy escasa y su producción es muy cara. Hoy la ciencia está investigando en esas esferas. Creo que es un paradigma bastante complejo entre el uso de la energía, el agua y la gestión de residuos”.
En este sentido, según los datos que maneja ONU Turismo y el Foro Internacional del Transporte (ITF por su siglas en inglés), las emisiones de CO2 del turismo crecieron al menos un 60% entre 2005 y 2016, siendo el transporte el causante del 5% de las emisiones mundiales de CO2.
Medir los niveles de sostenibilidad del turismo de cada país es precisamente uno de los grandes objetivos, con medidas que esperan discutir los países miembros a mediados de abril durante la Semana de la Sostenibilidad que tendrá lugar en la Asamblea General de la ONU en Nueva York y con las que esperan analizar su impacto económico, social y medioambiental.
“Siempre es muy difícil encontrar el punto medio entre el crecimiento económico, aumentar las cifras turísticas y el equilibrio social y eso realmente dependerá en gran medida de las autoridades. Se trata de un proceso participativo. Si quieres crear empleo y medios, necesitas visitantes”, detalla.