La iglesia de Santa Maria de Maó revivió este Viernes Santo el ‘Devallament’, una celebración que hacía más de 200 años que no se veía en Maó. A las ocho de la noche se procedió a bajar el cuerpo del Cristo muerto en la cruz este Viernes Santo gracias al esfuerzo de Nicodemo y José de Arimatea para trasladarlo hasta el sepulcro. La recuperación de este acto ha sido impulsado por las tres cofradías de Santa Maria, Centurions de Sant Corneli, La Soledad y el Sant Sepulcre. Los organizadores explicaron que la decisión de retomar esta práctica se basa en un deseo de revivir aspectos significativos de la fe y la tradición dentro de la comunidad. La ceremonia del “Devallament” se llevó a cabo antes de la procesión del Sant Enterrament y tuvo el acompañamiento de oraciones, salmos, música de órgano y efectos de iluminación en medio de un profundo respeto y devoción. |