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El Grupo Ecologista GOB insta a Menorca a avanzar hacia una movilidad más sostenible

La petición de limitar la entrada de vehículos debe ir acompañada de un mejor transporte público terrestre

Más y mejor.
Más y mejor.
Para reducir el uso de vehículos privados hay que potenciar el transporte público y si es con autobuses eléctricos mejor.

Menorca, como Reserva de la Biosfera, se encuentra en medio de un importante proceso de transición energética. Sin embargo, el Grupo Ecologista GOB advierte que todavía hay desafíos importantes por abordar, especialmente en lo que respecta a la movilidad y el transporte público.

Una de las preocupaciones clave del GOB es el acceso descontrolado de vehículos a la isla, particularmente durante la temporada alta de verano, cuando los coches de alquiler inundan las carreteras. Así se trasladó en el pleno del Consell hace unos días y, aunque la petición urge, aún no está clara la fórmula que impere este 2024. Esta afluencia de tráfico no solo contribuye a la congestión vial, sino que también tiene un impacto significativo en la calidad del destino turístico (presión humana), calidad del aire y el medio ambiente en general.

En este sentido, el GOB aboga por limitar el acceso de los coches de alquiler y promover el uso del transporte público terrestre, especialmente los autobuses. Sin embargo, hay una paradoja preocupante: a pesar de los esfuerzos por avanzar hacia una mayor sostenibilidad, todos los autobuses en Menorca siguen siendo de motorización de combustión, lo que los convierte en fuentes significativas de contaminación atmosférica.

La pregunta que surge es por qué Menorca, como Reserva de la Biosfera, no ha dado un paso más decidido hacia la adopción de autobuses eléctricos, que son una alternativa mucho más limpia y respetuosa con el medio ambiente.

Los autobuses eléctricos ofrecen una serie de beneficios significativos en comparación con sus contrapartes de motorización de combustión. En primer lugar, son completamente libres de emisiones de gases de dióxido de carbono y otros contaminantes atmosféricos, lo que ayuda a mejorar la calidad del aire y a reducir la huella de carbono de la isla. Además, son considerablemente más silenciosos, lo que contribuye a reducir la contaminación acústica y a mejorar la calidad de vida de los residentes y visitantes.

A nivel económico, los autobuses eléctricos también pueden ofrecer ahorros significativos a largo plazo, ya que los costos de combustible y mantenimiento tienden a ser más bajos que los de los autobuses de combustión interna. Además, su operación es más eficiente y puede ayudar a reducir la dependencia de los combustibles fósiles.

Ejemplos de ciudades que ya han implementado con éxito autobuses eléctricos incluyen Ámsterdam, Oslo y Shenzhen. Estas ciudades han demostrado que la transición a una flota de transporte público eléctrico es factible y altamente beneficiosa tanto para el medio ambiente como para la comunidad en general.


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