El Director General del Servei de Salut de les Illes Balears, Javier Ureña Morales, ha visitado el antiguo Hospital Verge del Toro acompañado por un equipo de especialistas, incluyendo a Jordi Gordillo, Director de Obra; Bernardo Paz, Gerente del Área de Salud de Menorca; Catalina Reynes, Directora de Coordinación Administrativa, y Francisco Bosch, Subdirector de Infraestructuras. Esta visita responde a la necesidad de actualizar sobre las novedades en el proyecto de reforma de esta infraestructura con más de 70 años de historia. El proyecto inicial, diseñado con base en las catas y la información disponible en su momento, había sido presupuestado en aproximadamente 14 millones de euros. Sin embargo, la información emergente sobre la estructura del edificio ha indicado que las intervenciones planificadas serían insuficientes para reforzar adecuadamente la estructura. Esto ha llevado a la necesidad de modificar tanto el proyecto de obra como el contrato de obras, lo que, tras deliberaciones y procedimientos administrativos, resultará en la resolución del contrato actual y la licitación de un nuevo contrato de obra. Con las modificaciones proyectadas, el presupuesto estimado asciende ahora a aproximadamente 25 millones de euros, incluyendo la parte ya ejecutada del proyecto, que representa alrededor del 15% del trabajo, por un valor de 3 millones de euros. A pesar de este incremento significativo en el presupuesto y la extensión del plazo de finalización hasta el primer semestre de 2026, Ureña Morales enfatizó la importancia estratégica de este proyecto para el sistema de salud de Menorca y reiteró el compromiso de completarlo a la mayor brevedad posible. El director general también destacó que el hospital, una vez finalizado, jugará un papel crucial en la atención a pacientes crónicos de media y larga estancia, con la inclusión de un total de 60 habitaciones que acogerán entre 60 y 90 usuarios. Además, se mantendrán los planes para un hospital de día dentro de las instalaciones, asegurando que el nuevo proyecto continúe alineado con el plan funcional originalmente previsto, sin cambios significativos en los servicios que se ofrecerán. Por su parte, Jordi Gordillo ofreció detalles sobre los retos estructurales y las soluciones implementadas hasta el momento. En la planta más alta, dedicada enteramente a albergar maquinaria, el espacio se ha optimizado al máximo, dada la cantidad y el tamaño de los equipos necesarios para el funcionamiento del hospital. Esta limitación espacial ha requerido un enfoque ingenioso para asegurar que la planta cumpla con sus funciones esenciales sin comprometer el diseño global del edificio. El proyecto también ha hecho énfasis en la adaptación de las plantas baja y semi-sótano, las cuales, gracias a la cobertura de los patios laterales, han visto ampliada su superficie utilizable. Estas áreas ahora acogerán oficinas y zonas de almacenamiento, elementos clave para el día a día del hospital. Una de las innovaciones más destacadas es la instalación de un ascensor exterior, concebido para mejorar la accesibilidad del edificio. Esta nueva estructura, que se suma a la fachada sin alterar la estética histórica del hospital, resolverá los problemas de acceso derivados de la escalinata principal, históricamente una barrera para la movilidad. Este ascensor facilitará el tránsito directo desde el exterior, mejorando significativamente el acceso al edificio. |