Palma, 22 abr (EFE).- Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), que afectan a entre el 1 % y el 3 % de la población, son los trastornos mentales que presentan mayor mortalidad, ya que cuatro de cada afectados no se recuperan o lo hacen sólo muy parcialmente.
“No es casual que suelan aparecer sobre todo en la adolescencia, alrededor de los 13-18 años, una etapa en la que surgen una serie de conflictos y complejidades que generan problemáticas en las personas”, manifestó el catedrático de la Universitat de Barcelona Fernando Fernández Aranda, durante su intervención en el 26º Congreso de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) en Palma.
El también director de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital de Bellvitge (HUB) dijo durante la cita, que reunió a unos 2.000 especialistas internacionales vinculados a la salud mental, que se trata de trastornos multicausales, en los que intervienen distintos factores, como ambientales, biológicos y sociales.
Como ha precisado el experto, la mayoría afronta esta etapa de tránsito y sus conflictos con normalidad, pero las personas con vulnerabilidad tienen un mayor riesgo de desarrollar un TCA.
El psicólogo clínico lamentó que a los trastornos de la conducta alimentaria no se les haya dado históricamente la importancia que tienen, sobre todo teniendo en cuenta que los TCA son los trastornos mentales que mayor tasa de mortalidad presentan.
Ésta, según precisó, se sitúa en torno alrededor del 6 % y se debe sobre todo a una elevada tasa de suicidios y a las complicaciones de salud propias de los TCA, que también generan altas cifras de morbimortalidad.
El especialista destacó el impacto a largo plazo que presentan los trastornos de la conducta alimentaria sobre los afectados y sus familiares, el cual también contribuye a la comorbilidad de los TCA con otros trastornos mentales, lo que se conoce como patología dual.
El porcentaje de pacientes con TCA que tienen otro trastorno mental, según Fernando Fernández, varía en función del momento en el que se atiende a las personas afectadas.
Además, durante su participación en el congreso remarcó la importancia de introducir la perspectiva de la patología dual en el abordaje de estos TCA.
“Esta perspectiva es necesaria porque vemos que los casos de pacientes que presentan TCA junto con abuso de sustancias son aquellos con mayor severidad y psicopatología, rasgos de personalidad más disfuncionales y más afectados a nivel cognitivo”, comentó el experto.