El Ajuntament de Es Castell fue el escenario de la ceremonia de premiación del concurso de narración corta y cuento Àngel Ruiz i Pablo, celebrada el viernes 19 de abril a las 19:30 h. En este evento, el alcalde Lluís Camps, acompañado de miembros de la corporación municipal, hizo entrega de los reconocimientos a los participantes y ganadores del certamen.
El concurso se dividió en tres categorías: “Conte A” para edades de 9 a 12 años, que contó con 56 cuentos en competencia; “Conte B” para jóvenes de 13 a 15 años, con 28 relatos; y “Narració curta” para concursantes de 16 a 18 años, en la que participaron siete obras narrativas.
El jurado, compuesto por Vicenç Marí, director del Colegio Àngel Ruiz i Pablo; Adelina Gómez, colaboradora de Ràdio Es Castell; y Antònia Soler, bibliotecaria de Es Castell, se reunió el 12 de abril para evaluar las obras y determinar a los ganadores:
- En la categoría “Conte A”, el premio fue para “La oscuridad interna” de Arianne Taboada Arbós.
- “El viaje del colibrí” de Hugo Herraiz Ramirez se llevó el galardón en “Conte B”.
- La “Narració curta” tuvo como vencedor a “Triste historia de piratas” de Enric Vilafranca Moral.
Al concluir la entrega de diplomas y regalos, los ganadores tuvieron la oportunidad de leer sus obras frente al público asistente. Para más información sobre esta edición de los Premios Àngel Ruiz i Pablo, se puede visitar el sitio web del Ajuntament de Es Castell.
Desenvolupar sa vena literària de Es Castell com ho va fer Àngel Ruiz i Pablo ara amb nous “cerebritos” anam de popa”…
Se dice que “somos lo que comemos”… Esta reflexión tan “cerebral” del amigo Molo -sin que deje de tener girones de realidad-, es vacua. Tal podríamos decir entonces, que tenemos lo que hacemos, etc., etc. En un mundo que cada vez más se agasaja a sí mismo con la ofrenda de lo “binario” (en el que todo se basa en unos y ceros), en el poder de lo “ambárico” (Philip Pullman), en los decibélios escondidos en unos micro audífonos -y los niños escondidos tras ellos…-, no es de extrañar que hasta las IA’s, y los autómatas que nos acaben sustituyendo, lean y escriban más que nosotros mismos. Bastante ardua tarea tienen ya padres y profesores, al intentar inculcar la lectura a la juventud actual, y no digamos ya, la escritura. Es el sino de nuestro tiempo, la falta de pensamiento crítico, esta deshumanización pseudo poética que nos corroe. Anam de popa y a tota vela, con cien cañones por banda, ¡ah, no!, eso no. Pero nos lo estamos ganando a pulso. De seguro, que de los cien chavalill@s que se han presentado a este certamen, no cuajarán ni cinco, pero con que a uno le haya picado el gusanillo, y se le hayan abierto las ganas hacia el inmenso y maravilloso mundo literario, ya vale la pena el esfuerzo. Desarbolar el “efecto máquina” actual, es lo único que nos va quedando, intentar desentrañar esa “materia oscura” que nos invade, con flores hechas de letras perfumadas, con dagas mágicas hechas de palabras.