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“El laberinto catalán”

Un artículo de Adolfo Alonso

La actual composición del Parlament de Catalunya hace muy difícil prever la composición del futuro Govern de la Generalitat. (Foto: PARLAMENT DE CATALUNYA)

La situación política catalana resultante de las elecciones resulta muy difícil de analizar y mucho más difícil de predecir.

No creo que se vayan a repetir las elecciones. No va en la cultura catalana, pactista y practica.

La primera pieza descolocada es ERC. Aragonés ha dicho que se retira de la política, y ha sacado del armario la crisis que viene arrastrando el partido desde hace tiempo. Está dividido en dos tendencias, la federalista que es la más histórica, “Catalunya un Estado dentro del Estado Español y de la Federación Ibérica” y la independentista. Estas tensiones, junto con la política de Aragonés al frente de la Generalitat y con  carisma insuficiente para ser líder, han llevado a la mayor pérdida de votos… salvo Ciudadanos que desaparece. Mientras que Aragonés se va diciendo que Illa se arregle solo en la investidura, Tardà ya ha pedido a ERC que apoye la investidura.

No hace falta ser un lince para afirmar que la única posibilidad real de supervivencia significativa de ERC estos 4 años es entrar en el apoyo a Illa para su investidura. Ya hay quien pide un congreso extraordinario y Oriol Junqueras ha dicho que está dispuesto a estar donde la militancia considere. O sea como diría un amigo mío, ERC esta con sus arabescos laterales pero tiene votos que hacen falta. Podemos entrar en si estos votos son para el independentismo o para el gobierno central, pero creo que este no es ahora el debate de ERC, sino la propia supervivencia como fuerza de peso en Catalunya.

 

Dejemos a ERC en su laberinto por ahora. Es un problema interno fundamentalmente.

 

Dice Feijoo que el presidente del Gobierno necesita del “procés”, para estar en el gobierno y que el “procés” ha terminado; mientras en Cataluña el candidato del PP dice lo contrario. Sigo pensando que Feijoo se está equivocando a pesar de todos los datos que tiene, o que no se cree lo que dice y lo habla como estrategia de oposición.

 

Recuerdo cómo fueron los momentos de la denominada declaración unilateral de independencia de Puigdemont. cómo se intentó desde el País Vasco parar el proceso que se había iniciado. Era pronto y era inoportuno y ahí se bifurcaron las vías, la vasca, paciente, y la catalana impaciente.

 

También he visto como JuntsxCat se presentaba JuntsxCat Puigdemont. Se estaba produciendo una fusión entre partido y líder. Esta imagen debería ser suficiente por sí misma para hacer bajar el voto de nacionalismo de derechas independentista, pero  sin embargo el partido, y en consecuencia, Puigdemont subieron.

 

Si miramos en bloque todo lo que podría ser el espectro independentista ha bajado. Lo ha hecho por dos razones, la primera porque el absentismo electoral ha sido alto. Un 43% de la sociedad catalana no tiene el más mínimo interés en votar. Digamos que aproximadamente la mitad de la sociedad catalana, pasa del procés y de la independencia, que exige un voto más consciente y militante. La segunda , que se situaría en la otra mitad de votantes, se dice que es debido a la amnistía.

 

Personalmente no lo creo porque aún está el tema en el parlamento con diferentes vicisitudes entre ambas cámaras y un expediente a Lambán ex presidente socialista de Aragón por no votar en el Senado a favor. La cuestión de si era una solución personal para Puigdemont, está lavada puesto que con el planteamiento electoral  ha subido en escaños.

 

Tampoco hay duda de que el colectivo independentista, representado en el Parlament, ha bajado y que el colectivo estatalista ha subido, tanto el PSC como el PP, y VOX no pierden posición, derivado todo ello del hundimiento de Ciudadanos y su emigración de votos.

 

Esto lleva a pensar que el independentismo o está en disminución o está en crisis, pero se mantiene y aún pone una cereza más al pastel con los dos escaños de Aliança Catalana.

 

Si al denominado “procés”, le damos un contenido formal, el “procés” hacia la independencia terminó el mismo día en que Puigdemont declaró unilateralmente la independencia. Fue un error histórico por razones supongo que de índole subjetiva o de gloria personal. Pero si le damos un contenido de fondo, veremos que el movimiento hacia la independencia no está acabado, está en un receso y en una crisis de división, que se acaba de llevar por delante a Ponsetí y a Aragonés, y salpicado a ERC pero como efectos colaterales que son reparables.

 

Si JuntsXcat-Puigdemont, están apoyando al gobierno de Pedro Sánchez, no veo razón alguna para que no apoyen al gobierno de Illa. Igual pasa con el ERC, y a ambos más les vale hacerlo, mientras se reorganizan y se reencuentran en un nuevo camino porque lo contrario es “La insoportable levedad del ser” de Kundera.

 

Otra cosa diferente es si Illa, querría pactar con JuntsxCat o si preferiría dejarlos en la oposición en lugar de en un pacto de gobierno para la mayoría absoluta. Creo que el problema independentista no está resuelto no se ha debilitado y el efecto de la amnistía aún no se ha visto, simplemente porque sólo está en un papel firmado.

 

Illa no debería pactar con Puigdemont siempre que ERC reconsidere la posición.

 

Si esto no fuese así, todas las puertas están abiertas en estos momentos, se diga lo que se diga en público.

 


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