Cuando apenas ha pasado la temporada de la lluvia roja (calima) en la isla, empiezan a teñirse de amarillo polen las terrazas. Si no estás pendiente, la gama de colores se torna un desafío constante y si hablamos de una segunda residencia, que crezcan las malas hierbas y que estén los cristales llenos de salitre no es un tema que nos quite el sueño, sobre todo si aprovechamos esa finca unas pocas semanas al año. Sin embargo, ese deterioro, suciedad y claras muestras de abandono estacional son una invitación muchas veces a que los okupas fijen su atención.
En los últimos tiempos, el aumento de personas y familias en situación de pobreza ha llevado a muchos a buscar alternativas desesperadas para conseguir un techo. Entre los gastos fijos más importantes, la vivienda es uno de los más difíciles de asumir, especialmente con los crecientes costos asociados a la compra o alquiler de propiedades. Este contexto ha incrementado los casos de ocupación ilegal de viviendas vacías y abandonadas, dejando a los propietarios en una situación de vulnerabilidad y desprotección.
Para evitar que las segundas residencias se conviertan en objetivos de ocupación ilegal, es crucial que los propietarios mantengan sus propiedades en buen estado. Un mantenimiento adecuado no solo mejora el aspecto de la vivienda, sino que también disuade a posibles ocupantes ilegales que buscan propiedades abandonadas y descuidadas.
El verano es el momento ideal para realizar tareas de mantenimiento que durante el invierno no se han podido llevar a cabo. A continuación, se presentan algunos consejos prácticos para mantener tu segunda residencia en buen estado y evitar que se convierta en un objetivo fácil para ocupaciones no deseadas:
Suelo: Si la casa tiene suelo exterior de azulejos, límpialo con una pistola de presión y repara las juntas dañadas con cemento blanco o gris. Mantener el suelo limpio y en buen estado da una imagen de cuidado y atención.
Ventanas y persianas: Aprovecha el verano para limpiar y reparar persianas y ventanas. Cambia las lamas rotas y asegúrate de que todo funcione correctamente. Unas ventanas en buen estado mejoran significativamente el aspecto exterior de la vivienda.
Muebles de exterior: El mantenimiento de los muebles de madera es esencial. Lija las superficies para eliminar restos de barniz y aplica una nueva capa. Esto también se aplica a barandillas y marcos de ventanas. Utiliza productos específicos para asegurar una mayor durabilidad.
Iluminación exterior: Sustituye plafones rotos y bombillas fundidas. La iluminación exterior en buen estado no solo mejora la apariencia de la casa, sino que también puede disuadir a posibles ocupantes ilegales.
Fachada: Repara los desconchones y considera la posibilidad de pintar la fachada si es necesario. Una fachada en buen estado da una impresión de cuidado y mantenimiento constante.
Jardín: Revisa el estado de los elementos del jardín, como macetas y jardineras. Reemplaza los elementos rotos y mantén el jardín limpio y ordenado. Cuando las malas hierbas crecen (y lo suelen hacer rápido) indican dejadez. Si no puedes estar pendiente de ir arrancándolas a medida que salgan, contempla la posibilidad de utilizar herbicidas (existen ecológicos) o de contratar a un jardinero que vaya pasando de tanto en cuanto.
Mantener una finca en buen estado no solo es importante para conservar su valor y disfrutar de un entorno agradable durante las vacaciones, sino que también es una medida preventiva eficaz contra la ocupación ilegal. Invertir tiempo y esfuerzo en el mantenimiento regular puede evitar problemas mayores en el futuro y asegura que tu propiedad siga siendo un lugar seguro y bien cuidado. La visita regular a este tipo de segundas propiedades es crucial. Un repaso regular (aunque sea solo visual) puede ayudar mucho.