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“¿Qué quieren hoteleros y ultras?”

Un artículo de Domingo Sanz

Hoteles en Son Bou (Foto: T.M.)
Hoteles en Son Bou (Foto: T.M.)

Imagine usted que vive en un 5º piso, del que además es dueño, y que un día el del 6º informa que durante un mes sus amigos, o quizás inquilinos, usarán el ascensor en exclusiva, por lo que usted y los demás tendrán que subir por las escaleras.

Imagine ahora que al día siguiente el del 4º comunica que durante un mes adaptará las escaleras para que sus amigos, o quizás inquilinos, puedan subir y bajar los bártulos que necesitan meter y sacar cada día. Por tanto, usted tendrá que entrar en casa por alguna de sus ventanas, escalando por la fachada desde el suelo o descendiendo desde el tejado, adonde habrá llegado en helicóptero.

Usted y el resto de afectados pedirán una compensación, pero, por muy ingenuos que sean, pensarán que los del 4º y el 6º quieren hacerles la vida imposible para poder quedarse con todo el edificio.

Si, saturados como estamos, leemos un día a los de Le Senne diciendo que nos olvidemos de ir a la playa como antes y, pocos días después, a la presidenta de los hoteleros afirmando que debemos utilizar menos nuestros propios coches (aunque ni siquiera haya tenido el detalle eco de decirlo a bordo del Tren de Sóller, por ejemplo), cómo nadie nos llevará volando hasta el paraíso de los caballitos de mar solo podremos deducir que se trata de un plan coordinado entre ambos para que nos larguemos.

Jamás olvidaré a un hotelero de los grandes, cuyo nombre no distingo porque casi todos decían lo mismo, amenazando desde las portadas en una jornada de reflexión antes de las urnas. “Me llevaré los hoteles a Canarias si en Baleares gana la izquierda que quiere la ecotasa”, más o menos dijo. Y eso que no estaba de moda la crispación.

La prensa ni le preguntó cómo trasladaría tanto ladrillo y a muchos hasta se les notó el voto del miedo a pesar del secreto. En cualquier caso, demostró una gran visión de futuro a largo plazo, pues de amenazar con huir él, ha logrado ver a sus sucesores amenazando para que huyamos nosotros.

¿Han cambiado los tiempos, señor Dylan? Si así fuera, la gente aguantará y pondrá un precio que los prepotentes y sus políticos favoritos jamás podrán pagar por las renuncias que nos vuelven a plantear.


Comments (2)

  1. … ahora resulta que la ecotasa no sólo no tiene tan mala prensa, sino que opciones políticas ven con buenos ojos que se incremente este impuesto a los turistas, con el fin de cribar la calidad del mismo, que vengan los pudientes únicamente, y así reducimos la turismofobia, pues vendrá menos gente, y no estaremos tan saturados… mira por dónde…

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