El pintor y escultor Matías Quetglas (Ciutadella, 1946), uno de los artistas que mayor proyección han tenido fuera de Menorca, inaugura este fin de semana la exposición “Cossos”, en la que contrapone sus obras a las de creadores de otras disciplinas para incitar a la reflexión sobre las distintas percepciones que se tienen del cuerpo humano.
Tras formarse en la Escuela de Bellas Artes de Madrid, Quetglas ha expuesto a lo largo de su carrera en París, Estocolmo, Roma o Milán. Vive desde hace unos años en su Ciutadella natal, donde ha mantenido una entrevista con EFE.
Pregunta.-¿Cómo surgió la idea de la exposición?
Respuesta.- Cada década acostumbro a organizar una muestra retrospectiva de mi obra en la sala municipal del Roser, que estrené hace 45 años. Pero esta vez Carlos Jiménez se me ha adelantado con una propuesta muy figurativa, que reflexiona sobre el significado del cuerpo, de los diferentes tipos de cuerpo: el basado en los cánones actuales de belleza, el que incita al erotismo, el cuerpo como pecado…
P.-¿Ha tenido que crear mucha obra nueva para ajustarse a la propuesta?
R.-La mayor parte de las creaciones sí son nuevas, aunque aprovecho una parte de mi obra antigua que corresponde a los conceptos teóricos de la exposición. En total, enseño dos esculturas, dos grabados digitales, nueve pinturas y una veintena de dibujos que realicé durante la pandemia.
P.-El ‘Gran Cap de Freixe’, la escultura de una gran cabeza tallada que donó hace décadas al Ayuntamiento de Ciutadella, preside la exposición. ¿Es un guiño a sus obras que son representativas de algunos espacios urbanos de Menorca?
R.- En verdad, además del ‘Gran Cap de Freixe’, en la exposición exhibo dos esculturas, de las que una es un relieve y la otra, un fragmento de la máscara de ‘Talía’, la figura femenina esculpida en bronce que está en el exterior del Teatre Principal de Mahón. Pero además de la escultura de la Placeta des Be de Ciutadella, tampoco no tengo más obra ubicada en los centros urbanos de Menorca.
P.-¿Qué busca con esta exposición?
R.- Como siempre en el arte, busco que la gente piense. Tampoco la mirada de ahora es la misma de hace 50 años, pero la recreación artística del cuerpo para transmitir un mensaje está muy presente en las obras de numerosos autores, como vemos en la colección del artista Caspar Berger, que protagoniza el nuevo espacio expositivo de la Fundación Numa en Ciutadella.
P.-¿Qué opina de la proliferación de galerías de arte nacionales e internacionales que han abierto en pocos años en Menorca, a rebufo del recinto habilitado por Hauser & Wirth en la Illa del Rei del puerto de Mahón?
R.- Estoy gratamente sorprendido, pues en mi juventud las únicas páginas que veía dedicadas al arte las publicaba la revista ‘Hola’, donde aparecian las inauguraciones. El barbero me la guardaba y así podía leer algo, pues la información de arte no existía. En cambio, ahora no acierto a entender que tantas galerías de prestigio se implanten en la isla en busca de una finalidad comercial. Pero son un gran beneficio para Menorca porque transmiten la sensación de que se puede venir a Menorca a disfrutar de alta cultura. Ya me pareció simpático que Hauser & Wirth se fijara en un islote en medio de una isla en el Mediterráneo.
P.-Estos dos últimos años ha paseado su documental “Mientras vivas, brilla” por prestigiosos certámenes. ¿Piensa dar continuidad a su tardia creación como cineasta?
R.-Yo mismo hice de guionista, cámara, director y fue una experiencia que me divirtió tanto que ya tengo ideas para poner en marcha otro proyecto. Haré otra película, pero todavía no puedo adelantar nada. En cualquier caso, haré como Picasso. Tiraré adelante con la idea para que la inspiración me coja trabajando.
